Francia, todavía

Perdonen que insista con Francia, pero Macron ha cerrado la crisis en falso. Este jueves, en una visita a Pau (Pirineos Atlánticos) se ha felicitado porque se ha restablecido el “orden” y la “calma”. También ha apelado a la “concordia” y a continuar trabajando para solucionar el “problema de los barrios”. Francia no tiene un problema urbanístico, tiene un grave problema social.

El pasado martes, ya anunció una Ley exprés para afrontar el gasto de los destrozos. Casi 6.000 vehículos incendiados. Más de un centenar de edificios. 800 policías heridos. 269 comisarías atacadas. También 243 escuelas y 300 sucursales bancarias.

Habrá que reemplazar también autobuses, tranvías, escaparates, coches de policías, contenedores. Sin olvidar el sector privado porque no me queda claro si la ley lo incluye entre tiendas de ropa, estancos, comercios y supermercados objetos de pillaje.

Además del costo de movilizar a 45.000 policías durante varios días. Al gasto por la pandemia y por Ucrania habrá que sumar ahora esto. No en balde Francia tiene ya una deuda de tres billones de euros.

El presidente francés se reunió también el martes con más de 300 alcaldes en el Elíseo, pero sigo echando en falta una foto con los policías que dieron el callo.

Hasta los agentes deben ahora vivir atenazados por el miedo. ¿Quién será el valiente que dispare ahora a un vehículo que se salte un control policial incluso a pesar de que se sienta en peligro como marca la ley?

 

Es cierto que las versiones sobre la muerte de Nahel no están claras. Incluso son contradictorias. De momento, el tribunal de apelación de Versailles ha decidido mantener al agente en cuestión en prisión preventiva.

Aunque es sospecho que, como dice la defensa, los jueces hayan sucumbido a la presión mediática. ¿Quién es el que se atreve a dejarlo en libertad con cargos?

Por supuesto hay que investigar a fondo. Con toda transparencia. Si hubo exceso de fuerza, incluso homicidio. Espero que el agente en cuestión no se saltara el protocolo.

Pero el joven no lo puso fácil: desobedeció la orden de alto, conducía de manera temeraria y no tenía carnet, según la Policía. Tenía precisamente un juicio pendiente por resistencia a la autoridad.

 

Por eso, quizás las prisas de Macron por pasar página es porque Francia ya no tiene remedio. A lo mejor no solo Francia: también toda Europa.

En Alemania la ultraderechista Alternative für Deutschland sube como la espuma. Ya van segundos en los sondeos. Incluso por delante del SPD.

En el Reino Unido votaron a favor del Brexit. Tengo la teoría personal de que votaron en contra de la inmigración, pero se equivocaron de inmigración.

El problema no es la inmigración comunitaria sino extracomunitaria. Los polacos son católicos, pero, gracias a Dios, ya nadie se mata por guerras de religión.

Los ingleses quieren mandar los inmigrantes a Ruanda y hasta han construido una especie de barco prisión para que no pisen suelo inglés. Medidas, sin duda, durísimas.

Por no hablar de España: el ascenso de Vox viene motivado también por las políticas laxas en materia de inmigración del PSOE: Podemos, Esquerra, Bildu. Si los países europeos se hubieran puesto las pilas antes en este tema ahora no habríamos llegado a estos extremos.