Ayuso, Milei, Alvise
Todos están dando vueltas en círculos, manoteando y clamando al cielo,
Hay ruido a la derecha del PP a cuenta de la aparición de Alvise y la disputa entre Ayuso y Abascal para ver quién es más amigo de Milei. Como quiera que Núñez Feijóo, consumado langostino, ni está ni se le espera, lo que está en disputa es el liderazgo del frente anti-Sánchez, que de momento encabeza la catedrática doña Begoña Gómez, a mucha distancia de los demás.
Ahora mismo, todos están dando vueltas en círculos, manoteando y clamando al cielo, capturados en su propia narrativa como asnos de noria. El PP de Ayuso (el único PP que en realidad existe) y Vox se equivocan contribuyendo a la Leyenda Milei: el liberalismo no puede ser la solución, porque el liberalismo ha sido y será siempre el problema, por su incapacidad para entender lo comunitario, lo histórico, lo fundacional, lo tradicional. Un liberal es por definición un internacionalista, un cosmopolita, un homogeneizador: el liberalismo ha conseguido que haya el mismo McDonald's en Barcelona, en Praga y en Caracas, donde los trabajadores precarios pueden comer mierda enlatada mientras las políticas monetarias expansionistas devoran su poder adquisitivo.
También ha conseguido el liberalismo imponer la agenda Queer, máxima expresión del "individuo" como sujeto político, además de promover las migraciones masivas al haber desfondado de legitimidad lo nacional. El que más se abrace a las motosierras saldrá perdiendo - y esto vale en especial para Vox, que no puede abrazar al mismo tiempo a Milei y a la Virgen de Covadonga.
En cuanto a Alvise Pérez, el error de estos días (intencionado en muchos casos) es situarle en el eje izquierda / derecha. Los votos a Alvise vienen de todas partes, sobre todo de la abstención. Es puro voto protesta, sin necesidad de demasiadas coberturas ideológicas, ante la podredumbre general de la situación.
Alvise es el francotirador que dispara desde el campanario, el flautista loco, el Joker que viene a reinar una vez los demás le han preparado el nivel de ruina sistémica suficiente. Viene a demoler, a desbrozar, a denunciar, como un Ezequiel de contraportada, y le basta con apelar a un sentido mínimo de higiene moral. Para él valdría la etiqueta de "extremo centro" que en su día se acuñó para Albert Rivera; la diferencia es que esta vez hay un temerario al volante.
El sanchismo azuzará estas Guerras de la Fachosfera con el mayor de sus entusiasmos, toda vez que Feijóo parece creer que su oportunidad llegará sin necesidad de mayor esfuerzo. Mientras tanto, el país continuará con su decadencia acelerada: nada conviene más a los "dueños del cortijo" (como suele decir el camarada Villaroya) que ver a los de abajo matándose entre ellos por tal o cual ráfaga de memes. Porque lo único que intentan es postergar como sea el día en que nos demos todos una tregua entre nosotros y comencemos a hacer las verdaderas preguntas.
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