Ricardo Rodríguez y María Patiño posan frente a un fondo oscuro con un emoji de silencio sobre ellas.
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María Patiño confiesa un secreto que solo conocía su marido, Ricardo Rodríguez

María Patiño se ha sincerado como nunca destapando algo que únicamente ha compartido con Ricardo Rodríguez

María Patiño ha confesado algo que únicamente sabía su marido, Ricardo Rodríguez: que solo en la aldea de sus abuelos “me he sentido yo”. María ha hecho un viaje al pasado de la mano de Marta Torres en su pódcast El Faro. Ahí, la presentadora de Ni que fuéramos se ha sincerado sobre esos veranos en casa de su abuela Lola que la marcaron para siempre.

Quien tenga pueblo puede entender lo que Patiño quiso trasladar ayer con su entrevista. Pocas cosas marcan más que pasar una temporada en la casa de los abuelos. Esos veranos plagados de experiencias y vivencias que, en el caso de María, le daban “la sensación de ser yo”.

Captura de María Patiño como presentadora de Ni que fuéramos

María Patiño desvela lo que solo ha compartido con Ricardo Rodríguez

Ricardo Rodríguez es de las pocas personas que conocen en profundidad a la auténtica María Patiño. Por mucho que la presentadora presuma de ser un libro abierto, hay ciertos pasajes de ella que siguen siendo desconocidos. Prueba de ello es el testimonio que ofreció en el pódcast El Faro sobre su infancia en la aldea de sus abuelos.

La presentadora de Ni que fuéramos confesó algo que únicamente conocía Ricardo: que solo en la aldea de sus abuelos “me he sentido yo”. La familia materna de María provenía de una pequeña aldea gallega llamada Devesos. Allí, vivió los primeros años de su infancia que la marcaron para siempre.

La vida en los pueblos nada tiene que ver con la que transcurre en las ciudades y Patiño es muy consciente de ello. Por eso no ha podido evitar emocionarse al hacer un viaje al pasado y retrotraerse a esa María que vivió intensamente junto a sus abuelos. “Yo lo disfrutaba mucho, solo en la aldea de mis abuelos me he sentido yo”, ha explicado desvelando su secreto.

Patiño ha recordado cómo era su vida junto a sus abuelos y lo mucho que disfrutaba junto a ellos. “Recuerdo que me llenaba de bichos y venía siempre con ampollas o picaduras”, ha relatado. “Recuerdo que me enamoré de un venezolano siendo una niña, también mis primeras peleas con las amigas”, ha rememorado.

María Patiño reconoce el vínculo que le unía a su abuela

Para María, sus años en la aldea de sus abuelos maternos forman una parte fundamental en su vida. Fue en sus calles donde se sintió verdaderamente libre y donde más auténtica se sentía. De hecho, reconoce que fue su etapa más feliz porque “no sufría, no competía y, sobre todo, tenía la sensación de poder ser yo”.

Una de las personas que contribuyó a ello fue su abuela Lola. Gracias a ese tiempo vivido juntas, nació entre ellas un vínculo difícil de romper. Tanto es así que Patiño asegura que “me marcó muchísimo”, por la “mentalidad avanzada” que tenía.

Captura de María Patiño en la rueda de prensa de Ni que fuéramos Sálvame

“Cuando fui madre soltera, solo se preocupó por cómo estaba. No me preguntó por el padre de mi hijo y no me juzgó”, ha contado. En la actualidad, la casa en la que la mujer de Ricardo vivió sus mejores años continúa en pie y formando parte de la familia.

Es la presentadora junto a sus hermanos, Antonio y Carlos, quienes se encargan de conservarla para no perderla nunca. Y es que, tanto para María como para su familia, es la herencia más preciada que tienen. Porque sus paredes están plagadas de vivencias y sus puertas han dado la bienvenida en más de una ocasión a una María diferente.

Una María que vuelve a sus orígenes cuando visita la aldea de su familia materna para reconectar y alejarse del mundanal ruido de la capital.

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