Con la llegada del calor solemos sustituir esos platos calientes de cuchara por algunos mucho más refrescantes y, a veces, también ligeros. Hay quien sigue comiendo unas lentejas estofadas en pleno agosto, pero personalmente prefiero cosas que no me hagan sudar a cada cucharada.
Y yo la verdad tengo mi plato preferido, aquel que estoy deseando que llegue el verano para empezar a comerlo: el salmorejo. Cuando llegan los buenos tomates, con su color rojo, su olor tan característico… Es un plato ideal para hacer, además de facilísimo, ya que ni tienes que encender el fuego.
Ingredientes (para 2 personas):
500g de tomates maduros, la mejor variedad, el tomate pera
100g de pan integral (mejor si es del día anterior)
Medio vaso de agua (dependiendo de la consistencia preferida)
½ diente de ajo
Unas 5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de vinagre
Sal al gusto
Extras: huevo duro y taquitos de jamón serrano
Preparación:
Lava bien los tomates y córtalos a trozos grandes para que sea más fácil triturarlos. Hay quien los pela, pero para mi opinión no es necesario. Añádelos en el vaso de la batidora.
Añade el pan también troceado, el diente de ajo, el agua el vinagre y la sal. Si no quieres que el ajo se repita tanto, quita su parte central.
Bate todo bien hasta obtener una consistencia de una crema. Añade el aceite de oliva mientras sigues batiendo poco a poco para emulsionar la mezcla.
Sírvelo en un bol, y añade por encima el huevo duro troceado y los taquitos de jamón serrano.
Beneficios del salmorejo
Después de conocer la preparación tan fácil y rápida de esta receta, dejadme deciros que, para colmo, nos aporta varios beneficios:
Rico en antioxidantes. Al ser el tomate el ingrediente principal del salmorejo, nos aporta licopeno, que es un antioxidante excelente.
Bajo en calorías. Por sus ingredientes, el salmorejo constituye un plato relativamente bajo en calorías, por lo que es ideal para cualquier objetivo dietético.
Hidrata. Al estar hecho con tomate y agua, es una buenísima opción para hidratarnos en los días calurosos.
Gran fuente de vitaminas y minerales. El salmorejo, además del licopeno, también nos aporta vitamina C, potasio, ácido fólico, vitamina E, grasas saludables…
Dean Drobot, Getty Images 
