El famoso local que baja su persiana para siempre en pleno centro de Barcelona

Tras más de 60 años formando parte del corazón de Barcelona, la zapatería Casas cierra sus puertas. El local, ubicado frente a la fuente de Canaletas en La Rambla, se despide de sus clientes tal como han avanzado desde Idealista.

La causa no es otra que el desmesurado precio del alquiler del local, una realidad que afecta a muchos empresarios de la ciudad condal. La empresa ha sido un referente en el mundo del calzado en Barcelona y anunció que este sábado 2 de marzo será su último día de actividad.

Casas cierra una tienda en el centro de Barcelona

Con una emotiva despedida en su escaparate, el local ha adornado con una fotografía la histórica tienda. De esta forma, Casas quiere agradecer a sus clientes las más de seis décadas de confianza y lealtad en Barcelona.

Sin embargo, esta empresa no abandona la ciudad condal. Casas seguirá operando en sus tiendas ubicadas en Portal de l’Àngel, Rambla Catalunya y Plaça Universitat, todas ellas en Barcelona.

La historia de Casas se remonta al año 1923, cuando Joan Casas fundó una fábrica de calzado deportivo en asociación con un productor local. Tras un breve proyecto, Joan Casas —junto a su esposa Camila— inauguró la primera tienda en Terrassa en 1925. Posteriormente, en 1963, el local en La Rambla se convirtió en un punto de referencia para los amantes del calzado en Barcelona.

Barcelona se despide de más negocios

El cierre de este local de Casas se suma a una serie de cierres emblemáticos en Barcelona. Entre ellos se encuentran el histórico teatro y cine Club Capitol, que permanece cerrado desde mediados de 2020.

Lo mismo le ha pasado a la popular empresa de jamones Enrique Tomás. Cerrar un local en Barcelona ha sido su única solución para sobrevivir.

Y es que la incertidumbre también rodea a otros locales en Barcelona. Como el antiguo inmueble de H&M y el Teatre Principal, este último espera la licencia de obras para su remodelación.

Casas es solo un ejemplo más

El cierre de Casas en La Rambla no solo representa la pérdida de un comercio histórico. Si no también el reflejo de los desafíos económicos y urbanísticos que enfrentan los negocios tradicionales en el corazón de Barcelona.

Sin duda, un tema que debería de plantearse seriamente el gobierno municipal. Barcelona necesita locales, negocios y empresas que funcionen.