Fotomontaje con un fondo de una estación de autobuses con una foto enmarcada de Clara Macaya de TV3
ACTUALIDAD

La odisea de Clara, una joven que usa el transporte público y va en silla de ruedas

La joven, que viajaba con silla de ruedas, ha denunciado públicamente los hechos en una entrevista, con la intención de revertir esta situación

En los últimos tiempos, la sociedad en la que vivimos ha tratado de adaptarse a los grupos de población más vulnerables. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer, ya que la mayoría de personas que sufren diversidad funcional no pueden gozar de las mismas oportunidades. A día de hoy algunos servicios públicos no están correctamente adaptados a estos colectivos, que tienen derecho a hacer uso de ellos sin ningún problema.

El programa Tot es Mou de TV3 ha entrevistado a Clara Macaya, una joven catalana en silla de ruedas. La cual ha denunciado públicamente su desafortunada experiencia mientras trataba de viajar de Vic a Reus en transporte público, el pasado 22 de diciembre. Un recorrido de tres horas se convirtió en un periplo de 12, que ni tan siquiera le sirvió para llegar a su destino.

De Vic a Reus en silla de ruedas

Todo empezó en la estación de autobuses de Vic a las 9:15. Clara explica que había reservado con la antelación exigida una plaza para poder acceder a un autocar adaptado, que la llevaría a Barcelona. Desafortunadamente, "no lo estaba". 

Al negarse a concederle la hoja de reclamaciones, decidió llamar a la compañía, que le instó a esperar el siguiente bus adaptado. Finalmente, a las 10:45 pudo emprender su trayecto hacia la estación de Sagrera, donde debía acceder a un tren para llegar a Sants. Sin embargo, ahí se encontró con un nuevo impedimento: el ascensor de bajada al andén no funcionaba. 

Tras más de una hora de espera, consiguió que un taxi la acercara hasta la estación de Sants, desde donde partía el tren con dirección a Reus. Al llegar, se topó exactamente con el mismo problema. El ascensor para bajar a la vía correspondiente estaba averiado. 

En ese momento ya había perdido su tren. Desde la estación decidieron cambiar los trenes de andén, con tal de que pudiera acceder a uno mediante un ascensor funcional. Cuando por fin llegó, le negaron el acceso porque "el tren era más caro que el billete que yo había comprado".

"A pesar de que hay un reglamento europeo que establece que las personas con diversidad funcional tenemos derecho a comprar el billete dentro del tren sin tener ningún tipo de recargo", explica la joven y lamenta que "no se me garantizó este derecho". Seguidamente, tuvo que volver arriba a esperar durante dos horas un tren adecuado al importe de su billete, programado para las 18:45.

Un cúmulo de problemas

De esta manera, después de nueve horas desde el inicio de la travesía, consiguió subir a un tren que la llevaría hasta su destino. No obstante, en ese preciso instante se topó con su último obstáculo.

"Me dijeron que no podía bajar a Reus por un tema del andén y que por mi seguridad tenía que bajar en Tarragona", relata Clara. Finalmente, llamó a su padre para que pasara a buscarla en la estación de Tarragona, donde concluyó esta odisea de 12 horas.

Clara asegura que siente "mucha rabia porque ves como no tienes garantizados unos derechos tan sencillos como el derecho a la libertad de movimiento".

Además, señala que requiere "mucha planificación" y, por lo tanto, "no puedes improvisar en tu vida". Por último, concluye admitiendo que "le genera mucha rabia e impotencia, por mucho que lo reserve no será garantía de nada, siempre hay muchas trabas".

Al exponer los hechos, la joven pretende hacer llegar esta denuncia a las autoridades competentes, para que se tomen las medidas pertinentes.

➡️ Actualidad

Más noticias: