Roberto Leal ('López y Leal contra el canal'): 'Me he enganchado con la dirección'
Entrevista a Roberto Leal sobre su nuevo proyecto, 'López y Leal contra el canal', en Antena 3.
Roberto Leal e Iñaki López salen completamente de su zona de confort en 'López y Leal contra el canal'. Los dos presentadores intentarán ganar a Atresmedia en una serie de retos que les pondrán al límite. Hablamos con Roberto Leal, que nos desvela todos los detalles de 'López y Leal contra el canal', que se emite los miércoles a las 22:50h.
Recordamos que Antena 3 estrenó con éxito 'López y Leal contra el canal, que fue líder de la noche consiguiendo un 13,3% de cuota. El programa conducido por Eva González dejó sin opciones a sus rivales, doblando a su directo competidor y consiguiendo 934.000 seguidores de media y más de 2,9 millones de espectadores únicos.
¿Cómo surgió este programa? ¿Cómo surge que seáis Iñaki y tú?
Siempre hay una primera llamada de Carmen Ferreiro (directora de entretenimiento de Atresmedia) que te dice que tienen un proyecto nuevo en el que le gustaría que participase. Ya me dice que va a ser una dupla y que no voy como presentador, sino como concursante. De primeras ya estás en duda sobre de qué va.
Te pone un poco en antecedentes porque te habla de 'Beat The Channel', que miramos, pero al principio cuesta saber qué es. Allí son dos humoristas y cuando miré a Iñaki López no sabía lo que esperaban de nosotros. Tampoco vimos todas las temporadas, pero sí algunas pruebas, y me parecía muy divertido, sobre todo por picarme de verdad.
Cuando me dicen que la dupla es Iñaki López, pensé que ojalá congeniásemos porque solo había coincidido con él en un par de eventos, pero fue muy rápido. Hacía tiempo que no me reía tanto con un compañero, porque es auténtico, muy sarcástico y él pone en su lengua cosas que yo nunca me habría atrevido a decir. Es su papel y su personalidad, se dedica a eso, él te arrincona y luego hay que saltar y correr, que ahí ya entran en juego otras cosas.
¿Pusisteis alguna condición previa respecto a los castigos? ¿Pedisteis no desnudaros?
Afortunadamente aún no hemos llegado ahí, aunque tampoco estamos mal (risas). Estamos hablando de un programa de entretenimiento y para todos los públicos, pero sí que nosotros no hemos sabido los castigos hasta que no ha arrancado el programa. Hay algunos que se dejan abiertos, que creo que por eso no se han grabado todos, porque cuando la audiencia lo vea si pide más sangre lo han dejado para apretarlos.
No ha habido ningún límite, no hemos dicho que no íbamos a hacer algo, igual que tampoco lo ha habido en otro sentido. Si ganamos un premio podemos hacer lo que queramos, aunque evidentemente hay ciertos límites, no voy a dirigir Atresmedia durante un mes. Nos dijeron que nos fijásemos en el formato Alemán, donde un castigo es poner a los dos cómicos literalmente pegados físicamente en un cartel en la Gran Vía de allí. Ese es el nivel del Alemán, aunque aquí se ha hecho una adaptación, pero ese es el nivel.
¿Cuál ha sido la prueba más dura a la que os habéis enfrentado?
Creo que de las primeras, porque es un programa grabado y no sé a lo que me iba a enfrentar. Las primeras que se grabaron fueron de exteriores y una en la que estoy colgado de una grúa pasé miedo de verdad. Él no es muy diestro con la grúa, porque nadie lo es y yo tampoco sabía que no ve bien, es bastante cegato.
Empezó haciéndose el gracioso, pero soltó demasiado cable y tuve que poner los pies en el suelo varias veces porque llovía y hacía viento. Fue una grabación bastante complicada, lo pasé mal. Estuve colgado durante varias fases para borrar cosas en el suelo y hacer multiplicaciones locas, cuando somos de letras. Fácil no lo ponen, aunque también hay cosas que se nos dan mejor y ha estado equilibrado.
Siendo el presentador de 'El Desafío', a lo mejor te has sentido como uno de los concursantes.
Había alguna prueba que podía decir: 'Bueno, pues esto en 'El Desafío' se podía hacer', pero no, la mayoría no tienen nada que ver. Depende mucho del contrincante, porque en 'El Desafío' compites contra el crono o contra ti mismo, pero aquí contra Alberto Chicote, Cristina Pedroche, Jorge Fernández...
Al único que no le importaba el ganar o perder era al propio Iñaki López, que iba con las manos en el bolsillo a pasárselo bien y a meter chistes. Le daba rabia perder, pero no se lo tomaba mal.
Yo ha habido veces que me he enganchado incluso con la dirección, porque decía: 'Oye, esto no es lo que nos habéis dicho al principio. Enseñarme el cronómetro porque yo creo hemos tardado menos'. No soy bueno para irme a una casa de rural con el trivial y esas cosas, lo paso mal.
¿No tienen castigo los invitados?
No, el mayor castigo que han sufrido es venir vacilando e irse calientes. En el primer programa hay un par de gallitos de otro programa de la cadena que quizás se piensan si vienen en la segunda temporada.
¿Algún invitado os impuso más?
Lo bueno es que se les saca a todos de su especialidad, porque si nos pones a cocinar con Alberto Chicote o a surfear con Jorge Fernández, imagínate. Hay veces que nos hemos visto muy pequeñitos al lado de gente muy preparada, y otras veces que hemos echado muy poca vergüenza. Me da igual que venga Lolita, que si tengo que interpretar o cantar nos ha dado igual.
Sí que es verdad que nos han apretado. Quien viene, no sabía muy bien a lo que venía, pero al minuto sabía que se tenía que dejar la piel. Está también guay ver cómo se pican.
Después de esta experiencia, ¿con qué te quedas, presentar o concursar?
La descarga de no ser tú quien presenta... bendita descarga. Es un programa muy complicado y Eva González hace un papel bastante importante para darle coherencia a todo. Ella tiene que estar siempre en medio y no se puede posicionar al lado de Alberto Chicote, ni de Roberto e Iñaki porque se le ve el plumero. Lo hace bien, porque cuando pasan muchas cosas a la vez en plató, que ella esté en medio sin perder la compostura y encima con simpatía, es jodido.
Pero sí, me lo he pasado muy bien como concursante, pero oye, que no me vayan a quitar ahora los programas que presento. Hubo un momento en la grúa que estuve a punto de pegarme un caretazo contra el suelo. Pensé en mis niños. Cuando subió la pluma, vi un señor vestido de indio que no sabía que hacía allí. Luego ya lo entendí, pero era como: '¿Esto qué es?'.
Si renovaran por una segunda temporada, pero con otros rostros de Atresmedia, ¿a quién te imaginas participando?
Eso lo pregunté, porque dije: "Este año es 'López y Leal', ¿pero el año que viene será Chicote contra otro?". Pero no, las temporadas son siempre con los mismos. Vería a cualquiera, como Jorge Fernández que es un tío muy competitivo, las hormigas, que han venido Juan Ibáñez y Damián Mollá, también son competitivas. También ha venido Carlos Baute, El Monaguillo.
A mí se me ha vendido como el picado y mi mujer ha venido súper preocupada, me ha dicho: "Espero de corazón que no salga el picado que eres de verdad". Le he dicho que estoy en tele y tal, pero hay veces que me he enfadado con la dirección del programa porque consideraba que no era lo que me habían contado y no sé si se verá, pero a mí en la cara se me nota. Creo que se me verá, yo he visto algo y no he querido ver más.
Es un programa bastante agradecido, divertido y donde ha habido momentos que perdía los papeles y que lloraba de la risa con Iñaki que decía: "¿Esto no podrá salir, no?". Porque me estaba riendo como si estuviera montado en el látigo de la feria, unas carcajadas, una locura... Tirábamos para adelante, el programa continuaba y no se cortaba nada, pero ya veremos lo que sale.
Iñaki y tú vais siempre de la mano, pero ¿ha habido piques entre vosotros?
No, por ejemplo hay un momento en una prueba que hay que ir pasando obstáculos, cortando, abriendo puertas con llaves. Había unas 15 llaves que tienes que encontrar y es como los cofres de los hipermercados que te regalan, si das con la tecla bien, pero si no...
Hay un momento en el que hay que derribar un muro gigantesco de estos de hormigón con ladrillos que le tocaba a él coger la maza y le daba como los martillitos de la feria y yo estaba muy nervioso. Le tocaba a él, pero le dije: "¿Me dejas a mí?". Lo hice con mucha educación y me lie a porrazos ahí, porque no había otra manera y nos quedaban más puertas y me dijo: "Sí, sí, dale tú".
Entonces no me he picado con él, ni mucho menos, hemos ido siempre de la mano, pero claro en lo de saltar y tal él me ponía por delante y cuando había que hacer más locura o arrinconar al que viniese yo le decía: "Métete tú con ellos que ya voy pensando yo cómo ganar esto".
Somos Timón y Pumba o Mortadelo y Filemón, no sabemos quién Timón y quién Pumba, pero sí y sin quererlo, porque al final se buscaban tener esos roles. Surgió desde el principio, ninguno pensamos en ser el gallito o el listo, hemos hecho lo que hemos podido.
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