El triste adiós durante el final de 'Amar es para siempre' que hace llorar a sus fans

El final de Amar es para siempre ya está aquí y lo cierto es que varias escenas nos han llegado al corazón y conseguido emocionarnos.

Sobre todo aquella en la que podíamos ser testigos de la tierna despedida entre Pelayo, su hijo Marcelino y su nuera Manuela, y que ha hecho llorar a los fans de la serie.

"Yo no me voy, no me puedo ir porque os voy a llevar en el corazón para siempre. Y vosotros haréis lo mismo conmigo", les ha dicho. Unas palabras que cobran más significado que nunca ahora que la serie llega a su final después de once años en televisión.

"Pelayo nos recuerda que el amor, a pesar de la distancia, nunca muere. ¡Qué encuentro tan emotivo estamos presenciando! Las despedidas son el inicio de nuevos caminos", han comentado desde Antena 3. 

A pesar de que los caminos de Manuela, Marcelino y Pelayo se separan, ellos están tranquilos porque saben que él será muy feliz al lado de Marisa, la mujer de su vida. 

El final de Amar es para siempre emociona a sus fans

"Siempre hemos estado aquí, codo con codo. Usted siempre ha sido mi faro", le ha dicho Marcelino a su padre, muy emocionado durante el impactante final de Amar es para siempre.

Del mismo modo, unas palabras de Manolita también han llegado al corazón de la audiencia. "A mí me gustaría que os quedarais todos aquí eternamente", ha dicho a sus hijos. Un deseo, que finalmente se hará realidad. 

Al igual que Marcelino, que ha dejado una frase para el recuerdo. "El Asturiano es Pelayo Gómez", ha pronunciado con orgullo. Y la reacción de los espectadores no se ha hecho de esperar.

"El abrazo de despedida entre Marcelino y Pelayo habla más que mil palabras. Ahora, él debe continuar su legado en 'El Asturiano'", han comentado. "Amar es para siempre es historia de España, gracias por todo", han escrito. 

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Sin duda, un final con broche de oro gracias a la boda de Manolita y Marcelino. Aunque, lo que más ha alegrado a los fans de la serie, es que Ciriaco, Catalina, María y Manolín decidan quedarse con sus padres en Madrid, multiplicando así la felicidad de los Gómez.