Rosa Peral destrozada en la cárcel: 'Sé que no saldré viva de prisión'

Desde que estrenó 'El cuerpo en llamas' en Netflix, Rosa Peral se ha convertido en una cara muy conocida. Su caso, llamado popularmente como el crimen de la Guardia Urbana, ha tenido mucho eco a nivel mediático. Aquí os dejamos un pequeño resumen del caso. 

El 4 de mayo del 2017, un ciclista encontró un coche calcinado en el Pantano de Foix. El hombre avisó a los servicios de emergencias y rápidamente los Mossos d'Esquadra se personaron hasta el lugar de los hechos. Una vez allí, localizaron un cadáver totalmente quemado en el maletero del vehículo. 

Más tarde, se descubrió que el cuerpo pertenecía a Pedro Rodríguez, agente de la Guardia Urbana de Barcelona. A medida que la investigación avanzaba, Rosa Peral, pareja sentimental de Pedro, y Albert López, supuesto amante de Peral, parecían más sospechosos. 

Finalmente, Rosa Peral y Albert López fueron condenados a 25 i 20 años de prisión, respectivamente, por el asesinato de Pedro Rodríguez. 

Rosa Peral destrozada en la cárcel

El estreno de 'El cuerpo en llamas' revivió el caso de Rosa Peral y Albert López.  A raíz de la emisión de la miniserie, Rosa Peral también estrenó una serie documental en la misma plataforma digital: 'Las cintas de Rosa Peral'.

En esta, Rosa Peral defendía su inocencia. Lo mismo hizo a lo largo de toda la investigación. Ella, hasta día de hoy, ha sostenido su inocencia y ha acusado a Albert López, su amante, como autor material de la muerte de Pedro Rodríguez. 

'Vivo sin esperanza'

Ahora, Rosa Peral se encuentra participando en un libro dónde se perfila como una pobre mujer, la cual han hecho la cabeza de turco de toda esta historia de oscuridad. La exagente de policía se considera una víctima de Albert López. Además, asegura estándolo pasando muy mal en la cárcel. 

"Solo quiero dormir. Ni me ducho, ni me cambio de ropa. Vivo sin esperanza y aguardando la muerte, porque sé que no saldré viva de prisión", confiesa la catalana. Y una vez más, culpa a Albert López de todo lo que le está pasando. 

"Le ha salido bien la jugada. Soy la cabeza de turco de un psicópata que no quería que fuera para nadie más y lo ha conseguido. Seguiré envejeciendo sola en prisión, que era lo que él deseaba. Él obtendrá sus primeros permisos dentro de poco y yo seguiré aquí. No soy ninguna asesina", sentencia. 

Con estas palabras, Rosa Peral se muestra como una mujer vulnerable y víctima de un plan maquiavélico organizado por un hombre despiadado, Albert López.