RTVE El capítulo del miércoles 22 de 'La Promesa' descubre el verdadero estado de Rómulo
Rómulo por fin recibe un diagnóstico para su enfermedad en 'La Promesa'
La salud de Rómulo en 'La Promesa' no ha hecho más que empeorar a lo largo de las últimas semanas, y tras el grave desmayo que ha sufrido, Abel decide intervenir. El mayordomo deja de respirar y se desploma delante de todos en medio de las cocinas.
Así, el médico le diagnostica una grave enfermedad pulmonar, que pudo haberse quedado en algo leve de haberse tratado a tiempo.
Sin embargo, Rómulo no piensa dejar que el diagnóstico le afecte, y su intención es seguir con su actividad diaria como si nada.
Por otro lado, Jimena decide cambiar de actitud con Manuel y sorprendentemente se mostrará incluso comprensiva con él. Algo, que preocupará al joven y también a los marqueses, que no saben cuál es su estrategia.
Mientras que, a su vez, Jana decide sincerarse por fin con Abel y le admite que no llegó a estar presente en el incendio de Córdoba, tal y como pretendía hacerle creer.
Además, también le confiesa que hay otro hombre en su vida del que está profundamente enamorada. Algo, que pillará al al médico por sorpresa y le dejará sin palabras.
Rómulo descubre que sufre una grave enfermedad pulmonar | RTVE
La salud de Rómulo mantiene a todos en vilo en 'La Promesa'
Curro sigue intentando acercarse al marqués, y pese a las sospechas de Cruz, por fin consigue dar un paso adelante. Finalmente, el joven logra su objetivo cuando Alonso le invita a viajar con él a Puebla de Tera.
Lo que desata la preocupación y el miedo de Cruz a que Curro por fin descubra la verdad sobre su origen. Y, dentro de cocinas, Simona por fin decide sincerarse sobre las cartas de sus hijos ante la inminente llegada de Antoñito a La Promesa.
Jana decide sincerarse con Abel sobre sus sentimientos | Atresmedia
Además, la irrupción de Jerónimo de Gamboa, ayudante de cámara de don Pelayo, no dejará a nadie indiferente. Y es que en realidad se trata de un peligroso traficante de armas.
Así, junto al conde de Añil, pretenden emplear el negocio de las mermeladas como tapadera para su verdadero plan: montar en La Promesa un centro de operaciones con armamento.
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