Twitter Víctor, el entrenador de fútbol que ha muerto en un trágico accidente: ‘Es inhumano’
La familia lamenta las trabas a las que se han visto sometidos
El pasado miércoles, Víctor Barroso, de 26 años, perdía la vida en un accidente de tráfico en el Algarve portugués. Víctor, que era entrenador del equipo juvenil del CD Iliplense y recreativista de pro, dejaba la vida en una carretera portuguesa.
El accidente ha conmocionado a la localidad de Niebla, de donde era natural Barroso. Su club, otros clubs deportivos y el ayuntamiento de Niebla han lamentado profundamente la perdida del joven.
“Hoy es un día muy triste para el club. La carretera se lleva a uno de nuestros entrenadores más queridos por todo aquel que había tenido el placer de conocerlo, Víctor Barroso. Queremos transmitir nuestro más sentido pésame a sus familiares, su compañera María, y a amigos. ¡DEP Mister!”, escribía el Club Deportivo Iliplense.
La familia de Víctor denuncia el trato de las autoridades portuguesas
Pese a eso, la familia asegura que su sufrimiento se está viendo agravado por el trato que están recibiendo del Algarve portugués. La familia de Víctor asegura que están encontrando trabas para poder repatriar el cuerpo del joven y darle sepultura.
El portavoz de la familia, José Francisco Garrido, ha asegurado que tras ser conocedores de la noticia y mucha incertidumbre, localizaron el cuerpo de Víctor en el Hospital comarcal de Beja.
Una vez en dicho hospital, la familia asegura que “nadie del centro hospitalario nos ofrecía ningún tipo de información”.
La familia de Víctor reclamó saber donde se encontraba el cuerpo del joven. Tras sus incesantes quejas, la familia asegura que “nos informaron que la autopsia se realizará el viernes a las 14:00 horas”.
La familia denuncia un "trato inhumano" | Facebook
Con ello no le garantizan a la familia que la documentación esté lista el mismo día, por lo que deberán esperar hasta el lunes 18 para tener los restos de Víctor en su Huelva natal.
José Francisco Garrido, asegura que la familia se encuentra “desahuciada en la calle, con las puertas del mortuorio cerradas a cal y canto, sin ni siquiera un lugar para orinar o descansar bajo techo”.
Por ello, la familia denuncia el “trato tercermundista” al que se han visto sometidos desde que se enteraron de la muerte de Víctor.
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