La última hora sobre Ana Julia Quezada: le prohíben llamar a un móvil tras el registro

Ana Julia Quezada, condenada por el asesinato del pequeño Gabriel Cruz, vuelve a estar en el centro del foco mediático. Tras el éxito de El caso Asunta en Netflix, se rumoreaba que la joven estaba participando en la grabación de un documental que trataba la muerte de ‘el pescaíto’. Un hecho que Patricia Ramírez, la madre del pequeño, no tardó en denunciar públicamente.

Patricia Ramírez expuso que la mujer que acabó con la vida de su hijo estaba grabando “un documental o un programa televisivo”. Y la finalidad no era otra que hablar sobre la muerte del pequeño Gabriel Cruz desde la cárcel de Brieva (Ávila). Algo que no ha gustado a la madre del menor, ya que considera que eso “menoscabaría su imagen y su memoria, haciéndonos aún más daño si cabe”.

Ana Julia Quezada, trasladada a un módulo de aislamiento

Tras las acusaciones de la madre de Gabriel Cruz, Ana Julia Quezada fue trasladada a un módulo de aislamiento del centro penitenciario de Brieva. Allí, la asesina de ‘el pescaíto’ cumple su pena de prisión permanente revisable.

Y es que Patricia Ramírez apuntó que “una fuente directa” le habría asegurado que la condenada tendría acceso a un teléfono móvil. Un objeto que le permitiría grabar imágenes y audios desde la prisión, y participar en el supuesto documental.

Tras las informaciones expuestas por la madre del menor, varios funcionarios de la prisión procedieron a registrar la celda de Ana Julia Quezada. Unas inspecciones que se llevaron a cabo por petición del director del centro, pero no dieron resultado. Ya que durante el cacheo no lograron encontrar el supuesto teléfono móvil, ni ningún otro objeto no autorizado entre sus pertenencias.

Por otro lado, desde el Ministerio del Interior se está investigando si realmente la condenada grababa un formato sobre el asesinato sin permiso.

La última hora sobre Ana Julia Quezada

Ana Julia Quezada sigue en el módulo de aislamiento de la prisión de Brieva. Una condición que obliga a la presa a comer en su habitáculo y no puede salir al patio con el resto de compañeras. Y si quisiera hacerlo, solo podría hacerlo sola y con la previa autorización del centro.

Igual que el resto de presas, la asesina del pequeño tiene permitido realizar varias llamadas a la semana a distintos números de teléfono. Se trata de conexiones telefónicas autorizadas, ya que se realizan desde un terminal que le facilita la prisión.

Sin embargo, según señala The Objective, desde el centro penitenciario le han limitado las llamadas telefónicas. Más concretamente, le han prohibido llamar a una de las líneas que la reclusa tenía abiertas. Así que podría ser que a través de llamadas a ese número de teléfono se hubiera puesto en contacto con una supuesta productora para participar en un documental sobre el asesinato de Gabriel Cruz.