Se confirma la muerte del trabajador atrapado en el derrumbe de Logroño

El Ayuntamiento de Logroño confirmó, a primera hora de la tarde de ayer, el fallecimiento del trabajador atrapado bajo los escombros en el derrumbe de la fachada del edificio anexo al colegio Adoratrices. 

Sobre las diez menos cuarto de la mañana, se produjo el desprendimiento de la fachada interior lateral del edificio, que se estaba acondicionando como una residencia universitaria. 

En el interior del edificio se encontraban tres trabajadores, dos de ellos resultaron heridos y fueron trasladados al Hospital San Pedro de la capital riojana. De los dos heridos, uno se encuentra leve y el otro con pronóstico reservado pese a que estaba consciente en el momento de su evacuación. 

Una patrulla de perros de rescate del 112 y de la Guardia Civil, juntamente con los bomberos y un dron con cámara térmica de la Policía Nacional, colaboraron en la localización de la víctima. Pese a eso, Francisco Iglesias, concejal de Interior del Ayuntamiento, aseguraba que "no se encontraban señales de vida en la zona del derrumbe". 

Sobre las 13:00 horas, llegó la confirmación de la terrible noticia: el trabajador que había quedado bajo los escombros había fallecido. El médico forense y la autoridad judicial se desplazaron por la tarde al lugar de los hechos para certificar la muerte y empezar la investigación.

Según explicó Alfredo Bazo, jefe de Bomberos de Logroño, fue un rescate "delicado" por qué la estructura era muy inestable. En estas tareas de rescate participaron unas 80 personas procedentes de los servicios de emergencias. Además, se movilizaron hasta seis ambulancias, dos soportes vitales avanzados, la Policía Nacional, la Guardia Civil con sus guías caninos, Protección Civil e inspección de trabajo. 

La portavoz de la Policía Nacional, Olga Fernández Maeztu, comentaba que "ahora será el momento de tomar declaraciones a los diferentes técnicos par que nos comenten exactamente en qué labores estaban trabajando para poder determinar hipótesis para ver las causas del derrumbe". 

Lo que sí ha confirmado Fernández Maeztu es que se ha descartado por completo la explosión de gas. Por lo que el olor a gas que se percibió tras el derrumbe, pudo ser una pequeña tubería que no tenía nada que ver con la causa del accidente. 

Según el Ayuntamiento, se estaban realizando trabajos de modificación de ventanales, pero no saben que ha podido causar el accidente. 

Tras este fatídico accidente, se va a proceder a la demolición de todo el edificio derrumbado, tanto de la parte provisional como de la que ha quedado gravemente afectada.