El niño de 14 años que agredió a profesores y alumnos: 'He explotado, no podía más'

“He explotado. Ya no podía más”, dijo el menor de 14 años que apuñaló a cinco personas en el Instituto Elena García Armada de Jerez de la Frontera. Con esa frase el niño recibió a la policía en pleno estado de nerviosismo. 

El agresor entró al instituto a las 8:15 horas del jueves. Entró a su clase de 3º de ESO. Antes de sentarse abrió la mochila y sacó dos cuchillos de cocina. Tras eso se abalanzó sobre un compañero de clase y le hirió en el brazo. 

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“Le apuñaló en el brazo y en la espalda. Después fue a apuñalarle en el pecho y una profesora le agarró por detrás y le salvó la vida, vamos”, contó uno de los alumnos. 

El alumno agredido huyó a otra clase donde le curaron las heridas. Rosa, la profesora de Biología, que estaba en ese momento en el aula, fue la que resultó peor parada. Tras ver como el agresor hería a un compañero, se abalanzó sobre él. Fue entonces cuando recibió un corte en el ojo. 

Rosa fue intervenida en el hospital de Jerez. Desde allí aseguran que el glóbulo ocular de la maestra no está dañado y que la gravedad de sus heridas es menor de lo que se temió en un principio. 

El protocolo de evacuación se activó de inmediato y los casi 700 alumnos que estudian en este centro se dirigieron a al patio para esperar instrucciones. 

La Policía investiga si el agresor sufría acoso escolar

Los alumnos del centro le aseguraron a los medios de comunicación que el agresor “tenía problemas para relacionarse”. “Se sentaba ahí solo con su merienda y a veces le quitaban el tupper y jugaban a darle patadas”, cuentan algunos de los alumnos. 

El adolescente nunca había dado ningún problema en el centro y tenía buenos resultados académicos. Según cuentan algunos de los testimonios, otros alumnos lo agobiaron con bromas pesadas el día anterior a los hechos. “Le tiraron agua”, aseguran. 

Algunos alumnos se acercaron a él de forma solidaria tras aquel episodio y el joven comenzó a rumiar amenazas. “Los voy a matar”, decía entre dientes. De hecho, algunos alumnos aseguran que el día anterior a los hechos, el agresor le dijo a uno de sus amigos que no fuese al colegio al día siguiente. 

Los alumnos aseguran también que pasaron bastante miedo. Algunos no sabían exactamente qué había pasado. “Había sangre por el pasillo, hemos pasado mucho susto”, contaba una alumna. 

El menor ha pasado la noche en comisaría y hoy pasaría a disposición de la Fiscalía de Menores que le hará una evaluación psiquiátrica antes de decidir por el delito que puede ser investigado. 

Según el Mundo, la Conserjería de Educación no ha confirmado si el alumno tenía algún tipo de diagnóstico particular por sus supuestos problemas para relacionarse. 

“Hay algo que tal vez no ha sabido gestionar”, explicaba echando manos del sentido común Alejandro Castilla, presidente del AMPA. Por su parte, Daniel Fernández, responsable de la Organización de Ustea en Andalucía, asegura que este tipo de situaciones son difíciles de prever. 

Además, la Conserjería asegura que la comunidad educativa del centro era “sobresaliente”. Pese a eso, muchos padres aseguran que esas declaraciones no eran ciertas. Los padres cuenta que la directora “nunca quería abrir ningún expediente por acoso y decía que todo eran siempre cosas de niños”. 

Al parecer, según relatan, este no es el primer episodio de dureza en el instituto, pero sí el más grave. 

No hay constancia de que la familia del menor que agredió a sus compañeros hubiese acudido al centro a exponer que su hijo era objeto de acoso. El menor, que no había dado problemas antes, estaba diagnosticado con un síndrome de Asperger en grado leve.