Julián, el portero que salvó vidas en el incendio de Valencia: avisó puerta a puerta
Valencia está viviendo unas horas muy difíciles y, en medio de la tragedia, siempre hay gente que hace todo lo posible por ayudar a los demás
Valencia está viviendo sus peores horas. El incendio del edificio en el barrio del Campanar ha dejado en shock a una ciudad que se ha volcado con sus vecinos. Pero si hay una persona en especial que se merece ser nombrada es Julián.
Es el portero del edificio incendiado y, ahora, también es todo un héroe para sus vecinos. Lejos de huir al ver las llamas crecer, decidió no abandonar la zona hasta que por lo menos pudiera avisar a las personas que estaban todavía en el interior del edificio.
Así que Julián tomó la decisión de ir llamando puerta por puerta a aquellos inquilinos que todavía permanecían en el interior de su vivienda. Salir corriendo hubiese sido la respuesta natural de un humano invadido por el miedo, pero decidió ayudar a los demás.
Valencia ya se rinde a los pies de Julián
Quedarse para ayudar fue un acto de buena persona que lo define. A raíz de su generosa y heroica acción, son muchos los vecinos los que quieren reconocer su labor de forma pública. Y no solo explicando lo que hizo, sino organizándole un homenaje.
Todavía no es momento para hablar ni organizar este tipo de eventos, y seguro que hay muchos héroes más, como los bomberos. Aunque no cabe duda de que Julián será uno de esos hombres que muchas personas no olvidarán jamás.
Su bondad no fue fruto de un momento de tensión, ya que hay algunas personas que aseguran que siempre ha sido un buen hombre. Concretamente, un repartidor que este mismo pasado martes visitó el edificio asegura en X —antes Twitter— que el portero era entrañable.
Los bomberos, los otros héroes de la tragedia de Valencia
El mismo nivel de agradecimiento tiene una vecina por un bombero que ayudó a su vecino tetrapléjico a abandonar la zona en llamas.
No se sabe quién es, todavía no lo han localizado, pero la señora espera poder hacerlo pronto. Y todo para agradecer que se preocupara por ellos, ya que de no ser así la vida de esa persona se hubiera quedado postrada entre las llamas.
Una tragedia de esta índole nunca es una buena noticia. Pero sí que suele sacar a relucir la empatía, generosidad, solidaridad y bondad de las personas. Ante el sufrimiento y el dolor nos volvemos más humanos.
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