Una mujer con esposas cubre su rostro con las manos en una sala.
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Giro de 180 grados para Ana Julia Quezada, la asesina del niño Gabriel Cruz

Ana Julia Quezada protagoniza una nueva polémica que podría tener consecuencias sobre su situación en prisión

La figura de Ana Julia Quezada ha vuelto a acaparar la atención pública y judicial tras una nueva investigación que implica a varios funcionarios de la prisión donde cumple condena. La polémica se centra en posibles irregularidades dentro del centro penitenciario de Brieva. Allí, la reclusa habría mantenido encuentros íntimos que ponen en duda la seguridad del recinto.

Según los últimos avances, la investigación apunta a que Ana Julia podría haber recibido un móvil a cambio de relaciones con trabajadores de la prisión. Estos hechos, de confirmarse, abrirían una puerta en el caso, hasta ahora centrado en su condena por el asesinato del pequeño Gabriel Cruz en Almería en año 2019.

Una imagen de una celda de prisión con un ícono de teléfono rojo y una foto de una persona en un círculo rojo.

La investigación menciona un móvil con conexión a internet

El Juzgado de Instrucción número 4 de Ávila lleva casi un año analizando posibles irregularidades en el trato que Quezada recibe en la cárcel. Los informes recogen que la condenada habría mantenido relaciones sexuales con varios funcionarios del centro penitenciario. Según la causa, estos encuentros fueron grabados con un dispositivo móvil que, presuntamente, le facilitaron los propios trabajadores.

Con esas grabaciones, Ana Julia habría intentado presionar a la dirección del centro penitenciario para conseguir su traslado a una prisión en Barcelona. La Fiscalía cree que estos hechos podrían encajar en un posible delito de cohecho cometido por parte de algunos trabajadores de la cárcel de mujeres. Aun así, aclara que Quezada no puede participar como acusación en la causa, ya que no se la considera ni víctima ni perjudicada por lo que se investiga, según Europa Press.

La Fiscalía también destaca que Quezada no denunció estos hechos en el momento en que ocurrieron. Según su declaración judicial, la relación sexual con uno de los funcionarios comenzó a principios de 2021, a cambio, ella habría recibido regalos como perfumes, chocolate, cremas, cervezas y vino. Además, “llegó a usar un móvil con internet entre los meses de octubre y noviembre de 2023”, hasta que fue retirado posteriormente para evitar que lo encontraran en un registro.

Ana Julia Quezada con chaqueta de mezclilla y cabello oscuro mirando hacia un lado en un entorno interior.

La investigación sobre Ana Julia Quezada sigue adelante

La causa está centrada en determinar la responsabilidad de los funcionarios involucrados, uno de los investigados ya ha declarado ante la justicia, negando cualquier implicación en los hechos. Mientras, otro funcionario señalado por Ana Julia como quien le proporcionó el móvil ha sido citado a declarar como investigado el próximo 27 de junio. En esa misma jornada, la novia de la reclusa deberá comparecer en calidad de testigo.

Por otro lado, la prisión no fue informada sobre estas situaciones hasta julio de 2024, cuando Quezada comunicó los hechos a un educador del centro. Este retraso coincide con la denuncia presentada por Patricia Ramírez, madre del niño Gabriel, ante la Guardia Civil, que inició la investigación.

Este nuevo capítulo de la historia de Ana Julia Quezada abre preguntas sobre el funcionamiento y control dentro del sistema penitenciario. La Fiscalía y el juzgado siguen adelante con las pesquisas para esclarecer hasta dónde llegan las responsabilidades y qué consecuencias tendrá esta investigación en el futuro judicial de los implicados.

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