VÍDEO | Una escena revela en 14 segundos la cruda realidad de Cataluña: 'Qué lástima'

Hubo un tiempo en el que Barcelona fue una ciudad admirada en todo el mundo como faro del progreso y la modernidad en Europa. También fue el laboratorio donde se experimentó con el sueño de la multiculturalidad. Ahora es un pozo de delincuencia y degradación donde el imperio de la ley brilla por su ausencia y los ladrones y criminales campan a sus anchas con sensación de absoluta impunidad.

Hay zonas de Barcelona especialmente golpeadas por la inseguridad, como Ciutat Vella y el Eixample. Aunque si hay un lugar que concentra con especial dureza la criminalidad reinante en la capital catalana, este es el metro. En el subsuelo barcelonés se han multiplicado de forma alarmante los hurtos y los robos con violencia, las peleas, las agresiones y las muestras de incivismo.

Un vídeo que circula estos días por internet refleja perfectamente la cruda realidad de lo que está pasando en Cataluña con la inseguridad. El protagonista de la escena es un magrebí que aprovecha la presencia de una persona vulnerable para robarle, en la estación de Paral·lel de la L3 del metro de Barcelona. El ladrón es increpado por gente que se encuentra en el otro andén, pero no parece importarle demasiado.

La estación de Paral·lel se encuentra en el barrio del Raval, epicentro de la delincuencia en Barcelona y principal lugar de actuación de los multirreincidentes. Según datos de la propia Guardia Urbana, el 80% de los delitos en Barcelona los cometen menas multirreincidentes. Jóvenes como el de la imagen que cometen sus delitos amparados por una ley que no castiga con suficiente dureza estos delitos.

Los ciudadanos se preguntan hasta cuándo

"Qué lástima", dice un comentario a la publicación en la plataforma X, "como invadieron un país tan hermoso". A tenor de los comentarios, son muchos quienes creen que Barcelona y Cataluña han tocado fondo, y que la izquierda es la culpable de haber dilapidado la prosperidad que atesoraba. Hay quienes se preguntan hasta cuándo tendrán que seguir soportando esta situación, corriendo el riesgo de llegar a un punto de no retorno.

En los últimos años se han organizado patrullas ciudadanas que se enfrentan a los ladrones y los carteristas. Llenan el vacío que han dejado las autoridades, incapaces de proteger a los ciudadanos que utilizan el transporte público. Solo el año pasado subieron más de un 40% las agresiones sexuales en el transporte público en Cataluña.