Cataluña concentra casi el 30% de las detenciones yihadistas desde 2015
Expertos aseguran que hay que saber diferenciar entre musulmán, islamista y yihadista
Desde que hace seis años se perpetrasen los atentados de Barcelona y Cambrils, la palabra yihadismo ha ido quedando lejos del foco mediático. Pese a eso, el terrorismo sigue siendo una de las mayores preocupaciones de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
El 5 de agosto, la Guardia Civil detuvo a los jóvenes Hugo Cortina y Salim Harchi Sabraoui, en Valencia y Zamora, respectivamente, implicados en "la mayor estructura yihadista conocida en España".
Según los datos del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, entre 2015 y 2022, en nuestro país se han detenido a 429 personas por yihadismo. El 28% de los detenidos, es decir, 124 personas, se registraron en Cataluña. Las comunidades autónomas que la siguen son Madrid, con 127 personas detenidas, y la Comunidad Valenciana, con 37.
El Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismon (OIET), indica que en 2022 se realizaron 27 operaciones policiales contra en yihadismo en España. Cataluña estuvo presente en 12 de ellas. De los 46 detenidos, 18 eran de nacionalidad marroquí y 15 eran españoles con orígenes marroquíes o argelinos.
Que Cataluña sea la comunidad autónoma donde más se realizan este tipo de operaciones se relaciona, en parte, con el número de personas migradas de Marruecos.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en enero de 2022 vivían 235.278 marroquíes en Cataluña, el 26,6% de todos los que habitan en España.
Pese a eso, la nacionalidad no es un factor que influya en la radicalización de una persona. Su entorno inmediato y el contexto personal de cada uno, sí.
África, el foco de la actividad yihadista
La situación que presenta el continente africano, hace que sea el que presente un mayor índice de actividad yihadista.
La pérdida del territorio ocupado por el Estado Islámico en Siria e Irak en los últimos años ha provocado que su actividad se haya expandido hacia otros territorios como Asia Meridional o Extremo Oriente.
Aun así, la región del Magreb, la más cercana a España, ha mostrado una evolución positiva en los últimos tiempos. Y es que desde hace dos años no se ha producido ningún atentado yihadista en Marruecos.
Internet, el gran aliado del ISIS
En 2013, cuando surgió el ISIS, utilizaron Internet y las redes sociales como herramienta para reclutar jóvenes a su causa.
José María Gil, codirector del Observatorio Internacional de Seguridad y Coordinador de Operaciones de Emergencias en la Unidad de Protección Civil de Murcia, asegura que Internet ha sido un gran problema.
"El gran fallo de todo esto fue que no hemos sabido utilizar las redes ni las tecnologías de la información y la comunicación para establecer medidas de prevención", asegura.
Entre 2017 y 2022, los detenidos por actividades relacionadas con el yihadismo en España fueron imputadas por delitos de reclutamiento, propaganda o enaltecimiento, financiación, y preparación de atentados.
Separar terrorismo y religión
Aunque las nuevas generaciones tienen un concepto del islam creado a partir de los atentados del 11-S y del 11-M, en el momento de esplendor de Al-Qaeda, poco tiene que ver con la realidad musulmana.
"Ser musulmán es una identidad que nosotros hemos querido ver como política, cuando realmente no lo es, es una identidad religiosa y cultural. Ser musulmán no te sitúa en un plano político diferente", explica Ana Planet, catedrática en Sociología del Islam en la Universidad Autónoma de Madrid.
Mohamed Said, estudioso de la realidad del islam en España y que llegó a estar amenazado por el ISIS entre 2016 y 2017, asegura que las razones de la radicalización de los jóvenes es bien diversa.
Pese a eso, Said asegura que el factor principal de la radicalización no es la religión, sino la crisis de identidad. "El no sentirse de donde son. Términos como primera generación o segunda generación no ayudan", asegura.
Musulmán, islamista y yihadista
Para estas cuestiones, hay que saber diferenciar entre musulmán, islamista y yihadista. Estos tres términos relacionados con el islam, no significan lo mismo.
"Hay que llamar a cada grupo con su nombre: terrorismo internacional, terrorismo religioso, terrorismo de Al Qaeda... ¿Por qué vas a estigmatizar a todos? Llámale con su nombre y ya está", asegura Mohamed Said.
A pesar del declive mediático que está sufriendo el yihadismo, muchos países siguen manteniendo un nivel alto de alarma antiterrorista.
Y aunque la presencia del yihadismo en la escena internacional se ha visto eclipsado por otros conflictos geopolíticos, la ideología radical sigue siendo una amenaza para la ciudadanía europea.
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