El mito que me saca de quicio como nutricionista: la vitamina C no previene resfriados
El ácido ascórbico, es decir, la vitamina C es un micronutriente esencial para el buen funcionamiento del organismo
Ahora estamos en la época auge de los resfriados, que vas andando por la calle y no hay prácticamente una persona que no estornude, tosa o se suene los mocos.
Por mucho que suelan ser dolencias de pocos días de duración, evidentemente mejor si podemos evitarlos, y es por ello que mucha gente recurre a remedios caseros.
¿Qué es la vitamina C y qué beneficios tiene?
Es un nutriente esencial para el organismo. Es una vitamina hidrosoluble, es decir, se disuelve en agua y no se almacena en grandes cantidades. Por ello, es esencial consumirla mediante la dieta o suplementos alimentarios.
Desempeña un papel esencial en varias funciones biológicas del organismo. Es una potente antioxidante que ayuda a prevenir el daño celular y combatir los radicales libres. También contribuye en la formación de colágeno, por lo que es crucial para el buen estado de la piel, huesos y cartílagos.
También tiene un papel fundamental en el sistema inmunológico porque estimula la producción y función de los glóbulos blancos, es decir, fortalece las defensas del organismo.
Por último, la ingesta de vitamina C ayuda a la absorción de hierro de los alimentos de origen vegetal. Por ello, y no sé si os suena, se recomienda comer de postre alguna fruta cítrica después de un plato de lentejas, por ejemplo.
¿De dónde sale el mito que previene el resfriado?
Primero de todo, vamos a ponernos un poco en contexto. ¿Sabemos de dónde viene la creencia de que la vitamina C previene el resfriado?
Pues bien, la primera persona en afirmar que la vitamina C ayuda a prevenir los procesos catarrales o los procesos víricos fue Linus Pauling (1901-1994), químico que ganó el premio Nobel en dos ocasiones. Fue él pues quien popularizó esta creencia pero no es que haya poca evidencia científica al respecto… es que ni la hay.
Es tan inexistente la evidencia científica que hay sobre este tema, que incluso hay quien lo llama el mayor engaño del mundo de la nutrición. Linus Pauling, para acabar de corroborar esta gran mentira, escribió en 1970 su libro “Vitamin C and the Common Cold”. La comunidad científica intentó en ese momento buscar evidencias sobre esta afirmación, pero sin nada de éxito.
Linus, por otro lado, años más tarde (1986) escribió “How to Live Longer and Feel Better” donde no solo no se retractó de sus palabras, sino que aumento la dosis de vitamina C añadiéndole propiedades curativas también para el cáncer.
Entonces, ¿la vitamina C previene o cura el resfriado?
Pues por suerte, en 2017 la Universidad de Harvard revisó todas las afirmaciones creadas por el doctor. Pauling, dándolas por erróneas.
Se han hecho numerosos estudios sobre el tema, pero la diferencia entre ingerir o no vitamina C resulta muy poco significativa a la hora de contraer o no el resfriado, y mucho menos de curarlo. Así que… el resfriado lo sufrirás igual, la vitamina C ni lo previene ni lo acorta, pero sí es esencial para nuestro organismo.
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