La nueva etiqueta que vas a ver a la hora de comprar un electrodoméstico
Los electrodomésticos incorporarán información sobre el grado de dificultad de una posible reparación
Los que tengan previsto comprar próximamente un electrodoméstico deben saber que el aparato incorporará una nueva etiqueta. Además del documento acreditativo de su eficiencia, también incorporarán otro con el índice de reparabilidad. Por lo tanto, el cliente sabrá el grado de dificultad del arreglo en caso de avería.
Se empezará a aplicar dicha normativa una vez que entre en vigor la nueva Ley de Consumo Sostenible. La secretaria general de Consumo y Juego, Bibiana Medialdea, describe las funciones y la utilidad de esta etiqueta.
En ella debe aparecer como "de fácil o difícil es conseguir las piezas del electrodoméstico", además del coste que puede suponer la reparación según el precio del artículo. Con todo esto, la próxima vez que adquiramos un frigorífico o lavadora será posible comparar el grado de reparabilidad de los distintos modelos disponibles.
En la citada ley se incluye también el diseño de los equipos para garantizar una mayor durabilidad y mejor facilidad para sus arreglos, recoge Efe.
En busca de un consumo más sostenible
Esta medida supondrá "un antes y un después" en lo que se refiere a la sostenibilidad y al consumo de este tipo de aparatos. Medialdea indica que se obligará a las empresas a que faciliten una información medioambiental que esté fundamentada.
Señala que hay una gran sensibilización por parte del usuario, lo que en cierta medida fuerza a las compañías a ofrecer una mayor cantidad de datos respecto a la sostenibilidad. Pero desde este departamento insisten en la necesidad de que esa información que se dé resulte cierta y no sea falsa.
Con todo esto, las afirmaciones y alegaciones medioambientales que sean vagas y sin certificados previos no dispondrán del visto bueno. Es el caso de aquellos aparatos que se venden como "ecológico, que es verde o que esta empresa es amiga del medio ambiente o es sostenible, sin fundamento".
Por lo tanto, todos los detalles que se aporten deben ser mucho más concretos y precisos. Cuando los datos que se den resulten engañosos, las empresas se expondrán a importantes sanciones. Las multas irán desde los 100.000 euros hasta cuatro o seis veces el beneficio ilícito conseguido a partir de la publicidad falsa.
Los españoles son los europeos que más se dejan llevar por la sostenibilidad a la hora de tomar decisiones de consumo. Esto hace que no tengan inconveniente en soportar un mayor precio si con ello contribuyen a mejorar el medio ambiente, recogen las conclusiones del Eurobarómetro.
Interés en mostrar una información precisa
El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 incide en la necesidad de que las compañías sean responsables. Para ello es preciso que la política comercial de sostenibilidad que adopten sea capaz de sustentarse con argumentos. Y nunca usando esto para realizar "una competencia desleal".
El ministro Pablo Bustinduy afirma que el término sostenible cada ve se utiliza más para hacer lavados de imagen. De hecho, esto ha conseguido que pierda "gran parte de su valor y de su significado".
Lo que es probable es que esta medida de informar a los usuarios sobre el grado de reparabilidad también influya en el precio. Todo hace indicar que pueda ir acompañado por un aumento del mismo. Será, especialmente, en los que cuenten con mejor etiqueta, de la misma forma que suele ocurrir con la etiqueta de eficiencia energética.
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