Mujer rubia vaqueros y camisa rosa sorprendida y asustada con las manos en la cabeza sobre fondo de un carro en la calle de un supermercado

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El conservante común que tiene más riesgos de lo que imaginabas: cuidado

Los expertos recomiendan un consumo moderado de los productos cárnicos y embutidos con alto contenido en conservantes

Para muchos de nosotros y para la mayoría de las familias, los embutidos son una parte básica en la cesta de la compra. La charcutería, sobre todo cuando es ibérica, es parte esencial de nuestra gastronomía.

Pero no solo los de origen ibérico son ya parte de la dieta mediterránea. En nuestra cultura gastronómica se han añadido, desde hace décadas, otros embutidos de origen extranjero hasta hacerse propios.

Por eso es importante prestar atención a los ingredientes que contienen. Algunos de los componentes utilizados en la fabricación de embutidos pueden acarrear graves riesgos para la salud.

El conservante que está presente en los embutidos y productos cárnicos de los supermercados

Se trata del E-250, también conocido como nitrito sódico. Un conservante y colorante que es muy comúnmente utilizado en embutidos y productos cárnicos.

El E-250 tiene como función principal evitar el crecimiento de bacterias y mantener el color rojo de la carne. Asimismo, proporcionar un sabor característico, el que atribuimos a los embutidos.

Sin embargo, el problema viene cuando el E-250 interactúa con la sal y las aminas presentes en las proteínas de la carne. Es entonces cuando puede dar lugar a la formación de nitrosaminas, sustancias potencialmente cancerígenas.

Estas nitrosaminas han sido asociadas con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de estómago, esófago, colon y páncreas. También con otros efectos adversos como la hipotensión, las nauseas o las alergias.

Cómo evitar el peligro del E-250 en el consumo de carne y embutidos

Para evitar la presencia de E-250 en los embutidos, se recomienda, simplemente, elegir opciones que no lo contengan. Como, por ejemplo, embutidos de producción ecológica o artesanal.

Estos embutidos suelen estar elaborados con carne de animales criados de forma natural. Son productos que no cuentan, en su proceso, con la necesidad de añadir aditivos químicos.

Imagen de un embutido encima de una mesa y con un mantel

Otra opción son los embutidos que utilizan ácido ascórbico (vitamina C), extracto de romero como antioxidantes naturales, ya que estos ingredientes pueden ayudar a inhibir la formación de nitrosaminas.

En cualquier caso, se aconseja moderar el consumo de embutidos no solo por esto, sino debido a su contenido en grasas saturadas, colesterol y sal, que pueden contribuir a diversos problemas de salud.

Las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, la diabetes o la hipertensión. Todas son enfermedades que, en ocasiones, se relacionan con este tipo de productos de venta en los supermercados.

Incluir embutidos de forma ocasional y equilibrada en la dieta, es perfectamente posible. Sobre todo si se combina con otros alimentos frescos y saludables.

Por último, se sugiere leer detenidamente el etiquetado de los embutidos para identificar y evitar otros conservantes. Otros también podrían tener riesgos para la salud, como el E-249, E-252, E-621, E-627 y E-631.

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