Las 3 recomendaciones para preparar una cena ideal que te doy como nutricionista
Muy a menudo me encuentro con pacientes que no saben qué hacerse para cenar porque están desganados o simplemente cansados
Como nutricionista, muy frecuentemente recibo en consulta a pacientes con dudas sobre qué cenar para mantener una alimentación equilibrada y saludable.
Habrá a quien se le haga fácil diseñar estos platos, pero hay gente que llega tarde de trabajar o de otras obligaciones, están cansados, no tienen hambre o simplemente solo desean tumbarse en el sofá.
Los 3 consejos que te doy como nutricionista para una cena ideal
La cena es igual de importante que la comida, y no hay ningún motivo científico por el que esta deba de ser más sencilla o más pobre. Habrá casos que debamos cambiar la cena, pero de forma general, esta la debemos de estructurar igual que la comida.
Por este motivo, voy a compartir tres consejos que puedes tener en cuenta para preparar una cena variada y equilibrada. Estas son las recomendaciones que te doy como nutricionista:
1. Prioriza alimentos frescos y naturales
Cuando planifiques tus cenas semanales, igual que las comidas, es importante que priorices alimentos que sean frescos y naturales. Optaremos por vegetales de temporada, proteínas magras como el pollo, pavo, pescado o legumbres, y carbohidratos complejos como arroz integral, quínoa, patata o boniato.
Todos estos alimentos te proporcionarán una amplia gama de nutrientes esenciales, los cuales serán fundamentales para tus cenas equilibradas y completas.
2. No tengas miedo en incluir variedad de colores y texturas
Porque oye, una cena (o comida) equilibrada no tiene por qué ser aburrida, lo tenemos claro, ¿no? Además de ser nutritiva, tiene que ser atractiva visualmente, combinando colores, sabores y texturas.
Podemos añadir verduras crujientes, para darle ese toque “crunchy” que tanto nos gusta. Luego, añadir una proteína tierna y unos granos suaves. Con esto, la textura en nuestra boca nos resultará mucho más agradable que una cena monocromática y con la misma textura.
3. No hace falta hacer un gran banquete, ni ser grandes chefs
Como os digo, la cena no tiene por qué ser más sencilla que la comida, ni mucho menos ser incompleta, pero esto tampoco quiere decir que nos peguemos un festín para cenar.
Es importante, como en las otras comidas a lo largo del día, controlar las proporciones de los diferentes grupos de alimentos. ¿Cómo podemos controlarlo adecuadamente? Pues muy fácil, con el método del plato de Harvard:
- Mitad del plato de vegetales
- Un cuarto de plato con carbohidratos complejos
- El otro cuarto de plato con alimentos proteicos
Esto, como suponéis, son recomendaciones generalizadas, por lo que deberemos de adecuar las porciones según las necesidades individuales, además de escuchar a nuestro cuerpo.
Un ejemplo de cena que me parece brutal
Como nutricionista, esta se ha convertido en una de mis opciones favoritas. Tiene todos los puntos que os he marcado anteriormente y, además, ¡está riquísima!
Podemos cocer la quínoa y añadirle tomate cherry, pepino, espinacas frescas, maíz y aguacate y, cuando tengas tu salmón listo, ponerlo en esta misma ensalada. De esta forma, tendrás una ensalada más que completa, riquísima y con bonitos colores. No parece difícil, ¿verdad?
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