Las 2 alternativas al aceite de oliva del nutricionista Alberto Zamora para ahorrar
Debido al elevado precio del oro líquido, muchos españoles buscan posibles sustitutos
El incesante incremento en el precio del aceite de oliva, al que muchos consideran un auténtico 'oro líquido', es una realidad que afecta a los bolsillos de muchos consumidores. Esta situación ha llevado a muchos españoles a buscar otras alternativas. El conocido nutricionista Alberto Zamora ha compartido las 2 opciones que más les gusta, para ahorrar sin perder calidad.
Lo que nos sugiere Zamora es sustituir el aceite de oliva por otros tipos de grasas culinarias más baratas:
1. El aceite de girasol
Es un aceite vegetal rico en ácido linoleico, un tipo de grasa poliinsaturada que ayuda a reducir el colesterol malo. Es más barato que el aceite de oliva y tiene un sabor más neutro, por lo que puede ser útil para algunas recetas. Sin embargo, no se debe abusar de él ni someterlo a altas temperaturas, ya que puede oxidarse y generar sustancias tóxicas.
2. La mantequilla
Es una grasa animal que contiene ácido butírico, un tipo de grasa saturada que tiene efectos antiinflamatorios y beneficiosos para la flora intestinal. También aporta vitamina A y calcio, pero tiene un alto contenido en colesterol y calorías, por lo que se debe consumir con moderación. Además, no es apta para personas alérgicas o intolerantes a la lactosa.
El aguacate, la opción comodín de Alberto Zamora
Además de las dos opciones anteriores, Alberto Zamora también se ha referido al aguacate. Hablamos de una fruta que contiene grasas monoinsaturadas similares a las del aceite de oliva, que protegen el corazón y la piel, además de fibra, potasio, magnesio y vitaminas C y E.
Es una buena opción para untar en el pan o para hacer salsas como el guacamole. Sin embargo, tiene un precio elevado y una alta densidad calórica, por lo que se debe controlar la cantidad.
Otros trucos del nutricionista para ahorrar aceite
Zamora también ha compartido algunas claves para ahorrar en aceite, como algo muy básico: reducir la cantidad que usamos en nuestras recetas. Muchas veces tendemos a echar más aceite del necesario, lo que supone un exceso de calorías y de grasa.
Por ejemplo, si vamos a hacer una tostada con tomate, podemos poner primero el tomate rallado sobre el pan y luego añadir unas gotas de aceite. Así conseguiremos que el pan se empape del sabor del tomate y del aceite, pero sin pasarnos.
Otro ejemplo son las patatas fritas (o la tortilla de patatas en sí). Para hacerla con menos aceite, podemos cocer las patatas en el microondas en lugar de freírlas.
Para ello, solo tenemos que pelar y cortar las patatas y a continuación ponerlas en un bol con un poco de aceite. Posteriormente, debemos taparlas con film transparente y meterlas en el microondas durante unos 15 minutos. Luego las mezclamos con el huevo batido y las cuajamos en una sartén con un poco más de aceite.
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