El yihadismo, un lobo durmiente que despierta en Europa tras los atentados de Moscú
La amenaza en Europa crece por la extensión de los tentáculos del IS-K, organización terrorista que habría atacado en Ru
El atentado yihadista en el Crocus de City Hall de Moscú es el más mortífero de los últimos veinte años en Rusia, y el peor en suelo europeo desde los ataques de 2015 en París. Pese a los intentos del Kremlin de implicar a Ucrania, cada vez quedan menos dudas acerca de la autoría del Estado Islámico. Esto reactiva la alerta terrorista en Europa, donde el yihadismo lleva tiempo aumentando su actividad.
Si el terrorismo islamista ha actuado esta vez en Rusia y no en Europea obedece a razones de tipo logístico. Los terroristas habrían aprovechado la debilidad de la inteligencia rusa y de sus defensas interiores, que ahora se concentran en el frente ucraniano. En cambio, el refuerzo de la seguridad interior estos últimos meses en los países europeos ha abortado varios ataques y ha disuadido a los yihadistas.
Pero el ataque en Moscú es un aviso en Europa, sobre todo por el cambio de paradigma en el terrorismo islamista. Las evidencias apuntan como autor de la masacre al Estado Islámico Khorasan (IS-K). Esta franquicia cuenta ahora con una mayor capacidad de perpetrar acciones a gran escala, y tras varios atentados en Irán, Turquía y Rusia, podría plantearse también un gran ataque en Europa.
El IS-K se está estableciendo en Europa
La amenaza en Europa crece por la extensión de los tentáculos del IS-K, que cuenta con suficiente capacidad operativa para plantearse una acción a gran escala. Durante años, el Estado Islámico ha llamado a acciones en solitario porque no contaba con suficiente fuerza para coordinar grandes atentados. Esto ahora habría cambiado, y ha obligado a las policías europeas a aumentar la alerta antiterrorista.
Pero además, la amenaza crece porque los conflictos regionales como el de Palestina han propiciado un llamamiento a la yihad mundial. La amenaza ya no está solo en África o en Asia, sino que se traslada hasta el mismo corazón de occidente. Las evidencias policiales apuntan al establecimiento de varias células del IS-K en Europa, y algunas de ellas ya fueron desmanteladas el pasado verano en lugares como Alemania o Países Bajos.
En poco tiempo, el Estado Islámico habría conseguido pasar de los lobos solitarios a las células yihadistas con capacidad para actuar. Y esto vuelve a convertir al yihadismo en la principal amenaza para la seguridad en Europa. Los expertos creen que es cuestión de tiempo, y que la letalidad será aún mayor que los atentados de París.
Cataluña y España, foco del islamismo radical
Si bien el refuerzo de la seguridad ha impedido nuevos ataques en Europa, los terroristas han encontrado en Ucrania una puerta de entrada al continente. Los detenidos el año pasado en Alemania y Países Bajos habían entrado utilizando la ruta ucraniana. En 2022 la inteligencia norteamericana confirmó el hallazgo de células yihadistas en Ucrania, donde además tienen acceso al mercado negro de armas y explosivos.
España es uno de los países europeos con mayor preocupación sobre la seguridad, tanto por el crecimiento de la inmigración como por la propagación del islamismo radical. En los últimos meses se han efectuado detenciones relacionadas con el terrorismo islamista en ciudades como Ceuta, Almería, Madrid y Barcelona. Cataluña es la comunidad con más inmigración de origen islámico, y uno de los principales focos del salafismo en Europa.
Las autoridades españolas aumentaron en diciembre el nivel de alerta antiterrorista a nivel cuatro reforzado. El atentado de Moscú es un nuevo toque de atención para no bajar la guardia, especialmente en las tareas de vigilancia en las comunidades islamistas. El yihadismo es un lobo durmiente que ha despertado, y está preparado para atacar con la peor de sus fuerzas.
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