Vuelven a identificar al rapero Morad,el 'modelo a seguir' según la izquierda catalana

Hace tan solo unos días, el diario procesista Ara presumía de Morad y Yamine Lamal como “los otros catalanes”. La idea era destacar la proeza de estos hijos de inmigrantes crecidos en barrios marginales que han conseguido progresar en sus carreras. Pese a ser un ejemplo de integración para la izquierda, Morad ha vuelto a ser identidicado por protagonizar una pelea en plena calle. 

Según el periodista Guillem Ramos-Salvat, los Mossos identificaron al rapero Morad en la avenida del Masnou, en L'Hospitalet de Llobregat. Al parecer, el cantante marroquí se estaba peleando en la calle con otro hombre de origen dominicano. La información apunta que no hubo heridos, ni tampoco denuncia.

Es la enésima vez que Morad se ve envuelto en un altercado, ya que este ejemplo de integración y superación acumula denuncias y detenciones. Sin ir más lejos, está acusado de atacar a un policía con una pistola laser y de amenazar de muerte a otro agente de la policía local. Esto deja en evidencia a los que ponen a Morad como ejemplo positivo.

Como la diputada de ERC, Najat Driouech, que se apresuró a compartir el reportaje del Ara en su cuenta de Twitter. Su publicación generó la reacción de aquellos que piensan que “los inmigrantes que trabajan son bienvenidos”, pero “lo que no queremos son ladrones, y agresores”. A muchos les sorprende que sigan poniendo como ejemplo de integración a un delincuente multirreincidente.

Lo más preocupante no es que los periódicos pongan a Morad como ejemplo, sino que este se haya convertido en el ídolo de miles de niños y adolescentes. La idealización de su figura surge de la romantización de la marginalidad para acabar blanqueando la delincuencia. Basta con echar un vistazo al historial del sujeto.

Robos, agresiones y amenazas

Morad el Khattouti el Hormi, hijo de marroquíes y nacido en Cataluña, ha sido acusado de graves delitos en numerosas ocasiones. En su historial constan robos, agresiones y peleas con armas, además de constantes enfrentamientos con la policía. Se ha enfrentado a dos juicios por robo, de los cuales ha salido absuelto por falta de pruebas.

Los Mossos d’Esquadra lo detuvieron por incitar a quemar coches y contenedores en el barrio de La Florida, en L’Hospitalet. También tiene abierta una causa por desobediencia a los Mossos y por incumplimiento de las restricciones durante la pandemia. Así mismo, fue detenido por conducir temerariamente y sin carné, y por no presentarse a una citación judicial.

Pánico en el barrio trabajador de La Florida

Además de su historial delictivo, Morad y su banda tienen atemorizados al barrio trabajador de La Florida, en L’Hospitalet. Los vecinos denuncian que el rapero y sus súbditos han tomado el barrio y han impuesto la ley de la delincuencia. Allí gozan de total impunidad, ya que incluso la policía teme entrar en su terreno.

Estos sujetos han degradado la convivencia en este barrio que ha pasado de ser un lugar humilde a un foco de criminalidad. Los vecinos están cansados de que La Florida, que siempre había sido un ejemplo de dignidad de la clase trabajadora, ahora sea la imagen de la delincuencia. Una imagen que el propio rapero transmite a través de sus videoclips.

Es curioso que la izquierda presente a Morad como un joven que ha luchado contra las circunstancias adversas para salir de la marginalidad. En Cataluña hay muchos hijos de inmigrantes que han crecido en barrios marginales y han acabado prosperando con trabajo y esfuerzo. Ellos son los primeros perjudicados por la idealización de la delincuencia y de un personaje como Morad.