Vox toma la delantera contra la inmigración ilegal en Cataluña

En pleno proceso de recomposición a nivel nacional, Vox ha puesto su mirada en Cataluña para relanzar su proyecto. El actual escenario catalán es propicio para el crecimiento de las propuestas de Vox. No solo por ser la zona cero del desafío separatista, sino también por el estallido de la crisis migratoria que se lleva cociendo durante años.

Las políticas antiinmigración han sido desde el principio uno de los pilares del partido. Ahora ha encontrado en Cataluña un terreno fértil donde crecer mediante la denuncia del modelo migratorio imperante. La cercanía de las elecciones catalanas, pero también el auge del independentismo identitario, han hecho que Vox se centre ahora en esta cuestión.

Anoche, el diputado de Vox en el Parlament Sergio Macián acudió al desembarco de varios autobuses cargados de inmigrantes en El Vendrell (Tarragona). Macián denunció la llegada de esas personas “con nocturnidad y alevosía”, y su alojamiento en un hotel de cuatro estrellas. Por si acaso, su partido subrayó que “solo Vox lo denuncia”.

La denuncia a pie de calle de Sergio Macián fue amplificada por el líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga. También por el presidente del grupo municipal en Barcelona, Gonzalo de Oro, que recordó que los españoles afectados por el volcán de La Palma fueron alojados en un polideportivo. Esto se suma a la incidencia de Vox en las últimas semanas con el tema de la inmigración.

De la Manada de Manresa al 'caos migratorio'

Vox lleva tiempo denunciando la connivencia de las autoridades con la inmigración ilegal en Cataluña. Pero en las últimas semanas, los de Ignacio Garriga han redoblado su insistencia en esta cuestión. El estallido del debate migratorio ha sumado nuevas fuerzas al terreno donde hasta hace poco Vox no tenía competencia.

A la amenaza de Aliança Catalana y su discurso netamente identitario se suma ahora el viraje de Junts per Catalunya. Esto obligaba a Vox a dar un paso al frente, y lo hizo con una meticulosa estrategia. Desde hace semanas, los diputados de Vox denuncian siempre que tienen ocasión la inmigración ilegal y sus consecuencias.

Sus intervenciones suelen encontrar siempre la hostilidad de la presidenta del Parlament, Anna Erra. Pero la censura suele tener siempre el efecto contrario, sirviendo de altavoz a las propuestas de Vox. Así ocurrió cuando Erra interrumpió a Garriga pidiendo respeto para los violadores de una niña de 14 años en Manresa.

La Presidenta del Parlament también impidió recientemente la lectura de una moción de Vox que denunciaba el "caos migratorio" en Cataluña. La formación advertía del riesgo que supone la avalancha de inmigración ilegal para la cohesión social y los servicios públicos. Vox ha conseguido así tomar la delantera en un debate que está más presente que nunca y que le permite marcar la agenda política catalana.

El discurso migratorio de Vox en Cataluña

Junts per Catalunya ha dado un paso significativo al pedir la expulsión de los extranjeros que delinquen de forma multirreincidente. Pero su discurso no va más allá, y sigue debatiéndose entre la necesidad de competir con Sílvia Orriols y el miedo a ser señalado como “extrema derecha”. El discurso antiinmigración de Aliança Catalana es más radical, pero se centra en el ataque al islamismo y a la idea de “salvar” la “civilización cristiana y la identidad catalana”.

Vox tiene una ventaja respecto a sus competidores, y es que no tiene el corsé moderado de Junts ni las limitaciones del marco mental independentista. Esto le permite ofrecer un discurso radical que va más allá de la “identidad catalana”. Sus pilares argumentales se basan en el binomio inmigración-delincuencia, y en la amenaza de la identidad nacional por la creación de guetos en los barrios trabajadores.

“La llegada de inmigración ilegal que usted fomenta y financia”, le dijo Garriga a Aragonès, “ha supuesto en el último año un tremendo aumento de la delincuencia y la inseguridad”. El líder de Vox hizo referencia a los homicidios, pero también a los robos, las violaciones, las okupaciones y las peleas callejeras. “No son casos aislados”, añadió, en referencia a la versión oficial que difunden los medios afines al Govern.

Garriga también recordó que en las cárceles catalanas más de la mitad de la población reclusa es extranjera. Y que en Barcelona, ocho de cada diez detenidos en Barcelona, algo que “asusta a todos los catalanes”. Garriga subrayó que “el multiculturalismo conlleva la pérdida de identidad de barrios”, y apuntó que en 36 municipios catalanes más del 25% de la población es extranjera.