Vox se enfrenta al plan de Sánchez con los inmigrantes repartidos por toda España

Se acabó lo que se daba, al menos para Vox. Santiago Abascal, líder de la formación, considera que vivimos una “invasión migratoria”. Ante esta situación, es claro. Señala, directamente, que no quiere que los inmigrantes que han llegado a Canarias de forma masiva se repartan por toda España como está haciendo el Gobierno ya.

Por eso, Santiago Abascal ordena a todos sus concejales y diputados que sean contundentes allí donde gobiernan: deben oponerse a este “reparto” que ya está en curso.

Ni filiación, ni antecedentes

El líder de Vox recuerda además un dato inquietante. Hoy, acerca de los inmigrantes que han llegado a Canarias por millares estos días, se desconoce prácticamente todo. Él mismo lo explica: “no conocemos ni su filiación, ni sus posibles antecedentes, ni sus intenciones presentes”.

En este complejo contexto, Abascal indica que ha dado ya “instrucciones” de obligado cumplimiento a sus diputados y ediles. Lo ha hecho, además, para algo muy concreto. ¿Qué es exactamente? El Líder de Vox quiere que ninguno de los cargos electos de su partido se convierta en “cómplice del Ministerio del Interior”.

Instrucciones

Si los inmigrantes llegan a lugares, dice Abascal, “donde Vox gobierna”, sus concejales y diputados deben hacer tres cosas muy concretas. La primera, exigir al Ministerio del Interior que se incremente la seguridad en la zona a la que los inmigrantes han sido trasladados. La segunda cosa a hacer es oponerse de manera frontal a, explica el líder de Vox, “cualquier contribución presupuestaria a este reparto de inmigración ilegal que está ya en marcha”. Por último, y en tercer lugar, los ediles y diputados de Vox en ayuntamientos y parlamentos autonómicos deben “hacer responsables al Ministro del Interior y el Presidente del Gobierno” de los problemas “de orden público y convivencia” que, considera Abascal, “se van a derivar de este reparto”. 

De momento, los inmigrantes llegados a Canarias están siendo trasladados a diferentes hoteles de la Península. Se hace, casi siempre, de manera opaca y sin ni siquiera informar a los alcaldes de las ciudades que albergan estos establecimientos. En Andalucía, hay ya inmigrantes instalados en hoteles de la costa de Málaga y Almería. En Medina del Campo están en un antiguo balneario.