Vox planta a Salvador Illa

Salvador Illa anunció en el debate de política general que una de sus prioridades será la recuperación de la normalidad institucional. Fiel a su compromiso, el nuevo President de la Generalitat ha emplazado a todos los partidos del Parlament, incluidos Vox y Aliança Catalana, a una ronda de consultas. Su voluntad es la de “abordar el inicio de la legislatura” y fraguar “consensos y grandes acuerdos para Cataluña”.

Vox ha respondido a la petición de Salvador Illa con una negativa. “Por respeto a nuestros votantes y a la alternativa que Vox representa, no acudiremos a esta farsa”, ha anunciado Ignacio Garriga a través de un comunicado.

Más en detalle, Garriga ha dicho que Vox no quiere “blanquear” al gobierno del PSC, que “aplica políticas separatistas y enfrenta a los catalanes”. También les ha acusado de “importar inseguridad a nuestras calles” y “silenciar” a sus votantes “con cordones antidemocráticos”. Finalmente, ha recordado también la “trama de corrupción” que sobrevuela sobre “Sánchez y su partido”.

El PSC no quiere acuerdos con Vox

El plantón de Vox tampoco tendrá grandes implicaciones, porque el propio Salvador Illa manifestó su rechazo a llegar a acuerdos con Vox y Aliança Catalana. El President trató así de evitar problemas con sus socios de gobierno, ERC y Comuns, con quienes mantiene un ‘pacto antifascista’ junto a Junts y la CUP. El PSC ha dejado muy claro que una cosa es “hablar” y reunirse con estas formaciones, y otra llegar a acuerdos con ellos.

El cordón sanitario que mantiene el PSC contra las formaciones consideradas de “extrema derecha” es precisamente una de las razones que ha llevado a Vox a rechazar la reunión. Con este gesto, el grupo liderado por Ignacio Garriga consolida su estrategia de oposición dura frente al otro partido de la derecha constitucionalista, el PP.

Para el PSC, el 'no' de Vox no tiene mayores implicaciones porque su voluntad de fraguar "consensos y grandes acuerdos" excluye claramente a los de Ignacio Garriga. Los socialistas se centrarán en atar el apoyo de ERC y Comuns a los presupuestos de 2025, y cortejar a Junts para ampliar su mayoría parlamentaria. En todo caso, el rechazo refuerza la imagen del PSC de partido de la centralidad contra los extremismos.