Montaje con dos primeros planos de Carles Puigdemont y Pedro Sánchez sonriendo
POLÍTICA

El voto exterior obliga a Pedro Sánchez a hacer los primeros regalos a Puigdemont

Primeras concesiones del PSOE a Junts

Este viernes, día 28 de julio, empieza el recuento del voto exterior (CERA) de las pasadas elecciones generales. Los sufragios de los españoles residentes en el extranjero no deberían cambiar en exceso el panorama político que nos dejó el 23J. Incluso podría ser que no hubiese absolutamente ningún cambio respecto a los resultados del domingo pasado. Pero solamente que un escaño pase del PSOE al PP podría representar una reformulación de las estrategias de los principales partidos, empezando por los socialistas.

Vamos por pasos. Aunque el CERA sume algún diputado a los populares tras quitárselo al PSOE, la situación seguiría siendo la misma. Es decir, Alberto Núñez Feijóo tendría extremadamente complicado sacar adelante una investidura, mientras que Pedro Sánchez necesitaría a Frankenstein (con Puigdemont) para reeditar el actual gobierno. Otra cosa es la presidencia del Congreso, que sí que se puede decidir por lo que acabe pasando con el sufragio exterior.

En juego la presidencia del Congreso, con Puigdemont de árbitro

En estos momentos, el PSOE podría conseguir la presidencia del Congreso gracias a los síes de Sumar, Bildu, PNV, ERC y BNG. Todos ellos suman 172 escaños y no haría falta el apoyo de Junts. Pero ojo, porque el PP tendría el respaldo de 171 diputados si Vox, PNV, UPN y Coalición Canaria votan a favor de los populares. Recordemos que este cargo se define por mayoría simple en segunda votación.

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en el acto de inicio de la campaña, en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo de Madrid, a 6 de julio de 2023, en Madrid

¿Qué quiere decir esta situación? Que si el PP le arrebata un escaño al PSOE en Madrid (un escenario plausible), los socialistas pasarían a tener 171 votos a favor por los 172 que pasarían a tener los populares. Y, ante este escenario, sí que sería necesario que Junts per Catalunya diese su apoyo al PSOE para que Meritxell Batet pueda mantener la presidencia de la cámara.

Primeras cesiones a Puigdemont

Ante el temor de que el PP les arrebate un escaño y, por lo tanto, una posible mayoría para conseguir la presidencia del Congreso, el PSOE ha empezado a mover ficha. La votación para decidir este cargo se hará el 17 de agosto y los socialistas no quieren perder esa cuota de poder. En consecuencia, ya han empezado a hacer concesiones a Junts per Catalunya para conseguir su apoyo de cara a esta votación.

Pedro Sánchez quería dilatar al máximo las negociaciones con los de Puigdemont. Quería primero llegar a un acuerdo con Bildu, Esquerra y PNV para, después, presionar a Junts. Pero ante este panorama, se ha visto obligado a cambiar la estrategia y a ofrecer los primeros regalos a los procesistas.

Carles Puigdemont tocándose las gafas en un gesto de reflexión

El más goloso es la posibilidad de que ERC y Junts formen, cada uno, un grupo parlamentario propio. Aunque con los respectivos 7 diputados (y no llegando al 15% de los sufragios) los dos procesistas no podrían tenerlo, el PSOE está dispuesto a ceder y permitir que lo formen. ¿En qué se transforma esto? En más tiempo de intervención en el Congreso y, lo más importante: más ingresos económicos.

De este modo, Pedro Sánchez abre la negociación para convencer a los procesistas con la misma táctica que ha utilizado para pensionistas o jóvenes. Es decir, regalando dinero público a cambio de su apoyo. El PSOE no quiere depender del sufragio exterior para retener la presidencia del Congreso. Y parece dispuesto a todo para conseguirlo.

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