Montaje con Salvador Illa con el logotipo del PSC de fondo y Oriol Junqueras con la estelada de fondo
POLÍTICA

El viraje radical de ERC: del rechazo total al PSC al pacto habitual con Illa

Los republicanos han pasado de marcar distancia con los socialistas catalanes a ser sus aliados, en una senda a la que algunos sitúan una meta: un nuevo tripartito en 2025

El ‘procés’ independentista y, sobre todo, las consecuencias del 1-O y la posterior declaración de independencia en el Parlament, dinamitaron el tablero político en Cataluña. Hay, sin duda alguna, un antes y un después en las relaciones políticas y los pactos tras lo acontecido en octubre de 2017. Sin embargo, el paso de los años es inexorable y acuerdos que hace seis años habrían supuesto casi una herejía son hoy parte de la realidad.

Ejemplos de estos pactos hay muchos: podríamos hablar del reciente ‘sí’ de Junts a Sánchez o de los acuerdos de otros partidos independentistas con fuerzas opuestas. Sin embargo, hay un acercamiento cada vez más constante que llama la atención por la contundencia con la que se rechazaba hace no tanto tiempo. ERC, la misma fuerza política que parecía situar al PSC prácticamente en sus antípodas, vuelve a ser socio habitual de los socialistas.

Nada ha cambiado internamente en la formación republicana, que sigue presidiendo Oriol Junqueras. Él mismo, desde la cárcel o ya indultado, insistía en la estrategia de ERC: el pacto con el PSC era inviable. Hoy, el partido que continúa dirigiendo hace exactamente lo contrario.

Plano medio corto de Oriol Junqueras sentado en un sillón del programa de las mañanas de Telecinco

ERC, años de desprecio al PSC

Nos situamos en 2021, en plena campaña electoral de los últimos comicios autonómicos. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, se encontraba todavía cumpliendo pena de prisión por los hechos del ‘procés’. Pese a ello, hizo uso de varios permisos penitenciarios ordinarios para participar en algunos actos de campaña.

Uno de esos días, concedió una entrevista a ‘El programa de Ana Rosa’, de Telecinco, donde fue especialmente claro en sus postulados sobre el PSC. Junqueras aseguraba que llegar a acuerdos con los socialistas catalanas era algo imposible:

Meses antes, y en la misma línea, el presidente de ERC ya había sido muy contundente al negar cualquier tipo de acuerdo postelectoral con el PSC. "Tendrán trabajo para aguantarme la mirada, porque ellos han aplaudido la represión y han aplaudido mi cárcel", dijo en una entrevista en TV3.

También en 2020, en ‘La Sexta’ y todavía desde prisión, Oriol Junqueras aseguraba: “Siempre recordaré al PSC que ha aplaudido mi prisión y la de mis compañeros”. “Un pacto con el PSC es imposible”, comentaba y diferenciaba su relación con el PSOE de la que mantenía con el PSC: “Sánchez no me conocía de nada e Iceta sí y, por lo tanto, si alguien sabe que somos inocentes es el que más nos conoce".

Más allá de ello, el mantra de ERC era claro: tras un importante paso adelante a escala electoral en 2019, la pretensión era sustituir al PSC como fuerza hegemónica de la izquierda en Cataluña. Tras hacer cooperado en las últimas décadas con los socialistas catalanes, la estrategia de ERC pasaba por competir a cara descubierta con el PSC y, por lo tanto, evitar de todas formas cualquier acuerdo que cediera poder a los socialistas.

Montaje de Pedro Sànchez y Oriol Junqueras

Un primer acercamiento al PSOE y la moneda de cambio del Parlament

El apoyo a la investidura de Pedro Sánchez a principios de 2020, a través de una abstención, fue un primer paso hacia el deshielo. Ciertamente, se trataba de un acuerdo con el PSOE y no directamente con el PSC, pero ERC protagonizaba así un acercamiento a los socialistas. Sin embargo, nada une más que la necesidad mutua, y ello pudo verse a partir de la llegada de ERC, en la persona de Pere Aragonès, a la presidencia de la Generalitat.

Tras menos de un año y medio de abrupto ‘matrimonio’, Junts abandonaba el Govern y dejaba a ERC, con solo 33 diputados, al frente de Palau. El reto para los republicanos no era menor si lo que querían era agotar la legislatura. Ahora, a un año para los comicios, el objetivo sigue sin estar asegurado, pero parece situarse muy cerca del alcance de ERC.

Y todo ello, gracias al imprescindible apoyo del PSC. La fuerza política a la que ERC quería sustituir y con la que pactar era “imposible” ha sido el socio más fiable de los republicanos en el actual mandato. En octubre de 2022, Junqueras vetó el pacto de los presupuestos de 2023 con el PSC, que terminaron aprobándose con el apoyo socialista: un viraje en toda regla en cuestión de meses.

La mutua necesidad —de los socialistas en Madrid y los republicanos en Barcelona— ha obligado al entendimiento de ambas fuerzas. Pese a la rotunda posición de Junqueras, esta misma semana ERC y PSC han hecho público el acuerdo que prolonga su ‘noviazgo presupuestario’ también para 2024.

Plano medio de Pere Aragonès y Salvador Illa sentados y dándose la mano

De señalar a Junts a pactar abiertamente con los socialistas en 2023

Más allá de acuerdos puntuales como los presupuestarios, ERC vetaba el apoyo al PSC en gobiernos locales o supramunicipales. En el mandato 2019-2023, fue constante la crítica de ERC a Junts por votar alcaldías socialistas. Pero el centro de todas las miradas republicanas era la Diputación de Barcelona, que presidía el PSC gracias al apoyo de los de Puigdemont.

Ciertamente, ERC había arrebatado alcaldías a Junts gracias al PSC (como Figueres o Sant Cugat del Vallès). A ello, los republicanos alegaban que no eran casos comparables porque “la alcaldía seguía siendo independentista, en cambio la presidencia de la Diputación, no”. Pero tras las elecciones municipales del pasado mes de mayo, se abrió la veda y ERC contradijo todo su relato.

Los republicanos emularon a Junts en 2019 y pactaron con el PSC, a quien dieron la presidencia de la Diputación de Barcelona. De competir electoralmente con el PSC y querer sustituirlo a ser su necesaria muleta en el segundo ente público en importancia en Cataluña. Del rechazo total al PSC a tragarse el propio relato y entregar poder a quienes pocos meses antes eran grandes rivales.

Tras el pacto en la Diputación el viraje ya era un hecho. Alcaldías como Tortosa o les Franqueses del Vallès se tiñeron de rojo socialista gracias al apoyo de ERC y pese al triunfo de Junts. Los republicanos también pactaron gobiernos locales con el PSC en municipios como Manresa, Llinars del Vallès, el Masnou, Castelló d’Empúries o Torredembarra.

Sergi Sabrià (ERC) a Cafè d'Idees de RTVE

Próxima parada: ¿un nuevo tripartito?

Con el viraje consumado y el cambio radical del relato de ERC llevado a la práctica, la lógica conduce a una sola cuestión. Falta un año como máximo para las elecciones catalanas y un acuerdo de gobierno entre republicanos y socialistas —en el orden de prelación que dictaminen las urnas— es perfectamente factible. ¿Es posible incluso la reedición de los tripartitos de 2003-2010?

La respuesta la tiene únicamente el tiempo, aunque ERC podría dar pistas. Recientemente, el viceconsejero Sergi Sabrià aseguró que el pacto con el PSC “en ningún caso está sobre la mesa”. La negación de ERC podría ser, una vez más, un anticipo de lo que pueda ocurrir en tan solo unos meses.

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