El videojuego fake sobre el PSOE que se ha hecho viral
Más de uno y dos andan preguntando en tiendas especializadas para ver si pueden encargarlo antes de Reyes
Nada mejor para ridiculizar a alguien que echar mano de un elemento que forma parte del imaginario colectivo. Eso, precisamente, es lo que acaba de hacer un tiktoker cuya creación recoge el tuitero Wall Street Wolverine con Pedro Sánchez.
Él y su particular cuadrilla de ministros, socios, ministras y secretarios de estado son los protagonistas. ¿De qué? Pues de un capítulo más que singular (y 'fake') de la mítica saga Gran Theft Auto (GTA), que se caracteriza por su violencia y delincuencia. Esta versión 'españolizada' se titula Misión: Destruir España.
Según la singular creación audiovisual, el videojuego 'fake' sería sólo jugable en PlayStation 6. En las redes corre como la pólvora y el vídeo pasa de los 350.000 visionados. Hay hasta consultas en las tiendas especializadas.
De todo hay
La carátula, ciertamente, seduce. Es calcada a las de los GTA originales y el juego, por supuesto, es para mayores de 18 años. En lugar de las habituales imágenes de Los Santos, sus malhechores y otros lugares del estado de San Andreas, aparecen instantáneas que a cualquier español le son familiares.
Está Sánchez, sale un etarra enmascarado y tocado con una txapela y aparece también una mujer sin más vestimenta que unas sugerentes medias y una falda mínima. Por supuesto, es de color rojo. El Falcon, avión presidencial, tampoco falta y Arnaldo Otegi y Carles Puigdemont se asoman también a la carátula. La droga tampoco falta.
Señalamiento
Este divertimento, cuya gracia hay que reconocer, señala directamente al partido en el gobierno, el PSOE. Lo mejor viene cuando abres la caja. En el lugar donde deberían estar las instrucciones nos encontramos una foto de Josu –no me llamen Ternera, por favor, que le dijo a Jordi Évole- que no desentona para nada.
Lo peor de todo es que, al ritmo que vamos, no sería raro que de aquí a cinco o diez años un juego así viese la luz. En Twitter la gente se lo toma a cachondeo y hay hasta quien pregunta si puede comprarlo con el bono cultural.
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