Montaje de Pedro Sánchez con Pere Aragonès
POLÍTICA

Pedro Sánchez y Pere Aragonès, fuegos de artificio

El presidente del Gobierno y el president de la Generalitat se reunirán este jueves para escenificar, una vez más, que el procés ha contagiado la política española

Pedro Sánchez ha acabado haciendo suyo el procés como forma de hacer política. Esto, en líneas generales, significa escenificar y gesticular mucho, pero avanzar más bien poco. Es el precio -uno de ellos- que ha querido pagar para conseguir los votos de los procesistas y así seguir ocupando la Moncloa cuatro años más.

Este jueves tendremos una nueva escenificación de que el procés ha contagiado la política española. Pedro Sánchez viaja a Barcelona para reunirse con Pere Aragonès. En encuentro entre los presidentes del Gobierno y del Govern se celebrará en el Palau de la Generalitat el jueves a las 12 del mediodía.

¿De qué servirá esta reunión en la capital catalana? Pues, como admiten las dos partes, de más bien poco, por no decir nada. Pere Aragonès trasladará a Pedro Sánchez lo que ya sabe y sabemos todos. Que se debe hacer efectivo el traspaso de Rodalies acordado, que la amnistía debe ser aprobada, que se tiene que reactivar la mesa de diálogo y que el “conflicto entre Cataluña y España” se debe solucionar con un referéndum. Es decir, lo mismo que lleva repitiendo en los últimos meses.

Más allá de que “el president de todos los catalanes” reclame básicamente que Pedro Sánchez cumpla los acuerdos alcanzados con su partido, ERC, la Generalitat ya se ha encargado de empezar a gesticular ante el encuentro entre los dos presidentes.

La portavoz del Govern ha querido dejar claro que la visita es “de trabajo, no de cortesía”. Que no es otra cosa que maquillaje para que los suyos no se enfaden más de lo que ya están por haber investido a Pedro Sánchez. Pero evidentemente, la reunión será de cortesía. Y, salvo sorpresa, de trabajo habrá lo justo y necesario. 

Será una sesión de fuegos de artificio que a Pedro Sánchez le servirá para contentar a uno de sus principales socios. Y a Pere Aragonès para vender a los suyos que sigue trabajando para conseguir las concesiones pactadas con el PSOE. Y, una vez hecha esta visita de cortesía, el presidente del Gobierno ya podrá afrontar las reuniones con Carles Puigdemont.

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