VÍDEO: Insultos a Pedro Sánchez y a Yolanda Díaz en plena calle

Pedro Sánchez dijo que había tomado la decisión de conceder la amnistía a los políticos procesistas para "defender la convivencia". Y, cada día que pasa, queda claro que las consecuencias de perdonar a Puigdemont y compañía está teniendo los efectos contrarios a los deseados. Tras las protestas en Ferraz y los escraches a los que se ven sometidos tanto Sánchez como algunos miembros del Gobierno como Óscar Puente, este lunes hemos tenido una nueva muestra. Y es que, el presidente del ejecutivo y Yolanda Díaz han sido insultados y abucheados cuando se dirigían a la presentación del nuevo libro de Sánchez.

Varias personas se han acercado a las puertas del Círculo de Bellas Artes de Madrid para increpar al presidente del Gobierno. Y es que Pedro Sánchez no ha podido obviar los gritos de "hijo de la gran put*", "traidor", "dictador", "cabrón", "sinvergüenza" o "vendepatrias" que le han dedicado estos manifestantes. Los ciudadanos que han ido a abuchear al líder socialista apenas se han podido acercar a él, ya que había un amplio dispositivo policial que ha separado a Sánchez de la gente que protestaba contra él.

Pedro Sánchez no ha sido el único que ha recibido insultos a su llegada al Círculo de Bellas Artes de la capital española. Yolanda Díaz también se ha llevado lo suyo. La vicepresidenta segunda del Gobierno de España y ministra de Trabajo también ha tenido que oír como los manifestantes le decían de todo. "Vendeobreros" o "traidora" han sido algunas de las palabras que le que han dedicado.

En la presentación del libro de Pedro Sánchez, presentado por el periodista Jorge Javier Vázquez, no solamente han asistido él y Yolanda Díaz. Muchos ministros tampoco se han querido perder el acto y, de hecho, muchos de ellos ya despejaron sus respectivas agendas para poder acompañar al presidente del Gobierno. Entre ellos estaba Óscar Puente, otro de los que, en más de una ocasión, ha tenido que lidiar con críticas mientras se encontraba en la vía pública. El último caso se dio cuando un hombre se acercó a él en un vuelo a Bruselas para increparle mientras el ministro estaba sentado en su asiento del avión.