El vídeo de hace un año sobre la amnistía que deja a Pedro Sánchez en evidencia

Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, ha votado a favor de la Ley de Amnistía, a pesar de haber negado repetidamente en campaña electoral que llevaría a cabo tal medida. Este cambio de postura ha generado una ola de críticas y cuestionamientos sobre la credibilidad del líder del Ejecutivo.

En múltiples ocasiones, Sánchez negó enfáticamente que negociaría una Ley de Amnistía con los partidos procesistas. 

La entrevista del vídeo ocurrió apenas dos días antes de las elecciones generales del 23 de julio del año pasado, a La Hora de La 1 de TVE. "No es algo futurible. El independentismo pedía la amnistía y no la ha tenido" afirmó entonces el presidente del Gobierno, dejando clara su postura.

Además, el día anterior a esa declaración, Sánchez apareció en el programa Al Rojo Vivo de La Sexta. Ahí también descartó cualquier posibilidad de acordar una amnistía para Puigdemont y otros líderes separatistas condenados por el referéndum del 1 de octubre.

"No han tenido amnistía. No la habrá, primero por convicción personal y política" subrayó Sánchez, el candidato del PSOE a la reelección.

En una intervención anterior, el 1 de noviembre de 2022, Sánchez había sido igualmente claro en el mismo programa. "Algo que, desde luego, este Gobierno no va a aceptar" declaró tajantemente. "Si hablamos de la autodeterminación y la amnistía pues, evidentemente, el recorrido es el que es" defendió Sánchez en el Congreso de los Diputados, dirigiéndose a Junts y ERC.

Sin embargo, tras su investidura, Pedro Sánchez finalmente aceptó las exigencias de Junts para que la norma avanzara. Este jueves, la Ley de Amnistía fue aprobada en el Congreso con 177 votos a favor y 172 en contra. Esta decisión ha generado una gran controversia, especialmente porque contradice de manera directa las declaraciones previas del presidente.

El video de Sánchez negando la posibilidad de una amnistía se ha viralizado en redes sociales, alimentando la indignación de aquellos que se sienten traicionados por el cambio de postura. Los críticos argumentan que este giro evidencia una falta de principios y coherencia, acusando al presidente de actuar por conveniencia política en lugar de mantener sus convicciones.

El impacto de esta aprobación no solo afecta la confianza en el liderazgo de Sánchez, sino que también plantea preguntas sobre el futuro de las relaciones entre el Gobierno y los partidos procesistas.