VÍDEO: El calvario de los comerciantes en Cataluña por la impunidad de los manteros
Temen una revuelta violenta de los vendedores ilegales, como ocurrió en Salou en 2015
La localidad de Cambrils tiene un problema y su ayuntamiento lo ha admitido. Según el consistorio, son incapaces de controlar a los manteros, en su mayoría de nacionalidad senegalesa y dispuestos en el paseo marítimo de Vilafortuny. Así lo transmitieron las autoridades municipales a los vecinos en una reunión el pasado sábado.
Lo cierto es que el consistorio ha tomado medidas, pero estas se han mostrado totalmente insuficientes. De entrada, la policía local no da para más. En este sentido, el ayuntamiento denuncia que no tienen el apoyo ni de Guardia Civil (Ministerio del Interior), ni de Mossos d’Esquadra (Departamento de Interior).
Como era de esperar - y al contrario de lo que plantea el discurso buenista -, el responsable de seguridad, Enrique Arce (PSC), ha insistido en que no es solo un problema de competencia desleal o de propiedad intelectual. Por el contrario, esta situación involucra varias facetas del crimen organizado.
Problemas para comerciantes y vecinos
Los más afectados por esta situación son los ciudadanos de Cambrils. Además de comprobar que su ayuntamiento no soluciona el problema, tienen que gestionar el incivismo de los manteros. Denuncian, por ejemplo, que en ocasiones acceden a urbanizaciones privadas para comer o bañarse.
Por su parte, los comerciantes sufren esta situación por partida doble. Junto a los problemas de convivencia, los comerciantes tienen que lidiar con la competencia desleal y la agresividad de los manteros.
Vox ha denunciado esta situación dando voz a un pequeño comerciante de Cambrils, que explica que “no hay manera” de terminar con este problema. “Estoy vendiendo un 20% menos, seguro”, explica al mismo tiempo que insiste en que él paga todos sus impuestos y cumple con las ordenanzas:
La población exige soluciones
La razón última por la cual el ayuntamiento no actúa es porque teme una revuelta violenta de los manteros, como la de Salou ahora hará nueve años. Bien mirado, esto resulta preocupante: se trata de un ente público que admite que el crimen y la ilegalidad tienen más fuerza.
En cualquier caso, esta impotencia declarada no convence a los vecinos, sino que, por el contrario, les indigna todavía más.
En la última reunión con el concejal de seguridad, los vecinos de la zona se limitaron a entregarle un documento con más de 700 firmas para, acto seguido, abandonar la reunión y dejar plantado al concejal.
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