Cada vez menos indepes se dejan engañar por Puigdemont
El Consell de la República genera rechazo e indiferencia a partes iguales
Lejos han quedado aquellos tiempos en los que Carles Puigdemont tocaba a rebato y el independentismo acudía presto como un solo hombre. El expresident ha perdido aura y liderazgo, y cada vez tiene menos credibilidad entre los suyos. El Consell de la República es la trágica manifestación de su declive.
En las últimas horas, El Nacional ha confirmado lo que ya era un secreto a voces, y es que Puigdemont se presentará a la reelección para presidir el Consell de la República. La noticia ha generado una mezcla de rechazo y desinterés, muy sintomática del momento en el que se encuentra Puigdemont y su tinglado. Ya nadie se cree el proyecto.
El Consell de la República, un especie de gobierno paralelo que se inventó Puigdemont para seguir con su labor desde el “exilio”, lleva tiempo en caída libre. Aunque en su día suscitó cierto interés, ahora solo recibe críticas de los propios independentistas. O lo que es aún peor, ya nadie le presta atención.
Entre el rechazo y la indiferencia
Cada vez se hace más evidente el distanciamiento entre las bases independentistas y quien un día fue su líder absoluto. El movimiento trata de resarcirse con nuevas fórmulas que dan la espalda a los viejos partidos. Mientras, Puigdemont trata de salvar su proyecto desde plataformas obsoletas como el Consell de la República.
Es significativo leer los comentarios de independentistas a la noticia de la candidatura de Puigdemont a la reelección. “Y esto quién lo paga”, “me la sopla”, “¿aún existe?” o “si no se presenta él quién se va a presentar”, es la tónica general de los mensajes. La figura de Puigdemont y el Consell de la República generan entre rechazo e indiferencia.
“Para presidir el Consell de la República pero hacer lo que se le antoje pasando de lo que decidan los asociados. Es muy curioso que un en tema tan importante haga lo contrario de lo que le piden los miembros”. Esto comenta un internauta, recordando que la mayoría de miembros del Consell votaron en contra de pactar con el PSOE.
La decadencia del Consell
Cabe recordar que Puigdemont disolvió temporalmente la asamblea de representantes, que ejerce de control del ejecutivo, en plenas negociaciones con el PSOE. El expresident fulminó así los contrapesos internos para que nadie le llevara la contraria. Los críticos señalaron a Toni Comín, mano derecha de Puigdemont, como instigador de la maniobra.
Fuentes internas revelan que la intención del expresident es reavivar el Consell de la República para redirigir el Procés desde Bruselas. Su plan consiste en liderar la candidatura de Junts en las próximas elecciones europeas. El Consell tiene que ser su plataforma de acción política para seguir liderando el movimiento a nivel internacional.
El problema para Puigdemont es la desmovilización del independentismo y la pérdida de credibilidad de su proyecto. Sin gente que le siga y con el descrédito de sus instituciones paralelas, parece difícil que pueda tener la influencia que pretende en Europa. Lo que queda es puro procesismo, que genera cada vez más descrédito.
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