Foto de Josep Rull presidiendo el Parlament de Catalunya mientras aplaude al lado de sus dos vicepresidentes del Parlament
POLÍTICA

El veto y la censura se imponen en Cataluña como método de control

El procesismo en retroceso trata de silenciar las voces disidentes que amenazan su posición de poder

El presidente del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC), Xevi Xirgo, ha solicitado este jueves al presidente del Parlament, Josep Rull, la atribución de nuevas funciones para el ente público. El CAC reclama más atribuciones para “proteger” a los ciudadanos de las noticias falsas. Además, ha pedido a su interlocutor acelerar la aprobación de una nueva ley del audiovisual para incluir, entre otras, esta función de control de la información publicada.

Xirgo ha defendido ante Rull la independencia del CAC. El órgano está integrado por diez miembros, nueve de los cuales los elige el Parlament a propuesta de tres grupos parlamentarios, y uno el Govern de la Generalitat a propuesta de los otros nueve miembros.

El veto y la censura como medio de control

El CAC, cuya función es regular el funcionamiento de los medios audiovisuales en Cataluña y velar por su transparencia, se suma así a la moda del control de los bulos y las fake news. Un tema de actualidad desde que Pedro Sánchez prometiera aprobar una nueva ley para castigar a los medios que lanzan noticias falsas. Esta medida es controvertida porque puede entenderse como un intento desesperado del poder de recuperar el control perdido sobre el relato y la opinión pública.

En Cataluña, la petición del CAC coincide esta misma semana con la renovación del ‘pacto antifascista’ de los grupos de la cámara contra Vox y Aliança Catalana. El acuerdo impulsado en la pasada legislatura impidió a Vox acceder a cargos institucionales y limitó severamente su acción legislativa. Ahora PSC, ERC, Junts, Comuns y la CUP han extenido el pacto a Aliança Catalana, partido al cual ya sometieron a un cordón sanitario durante la campaña electoral.

El pacto antifascista y la voluntad del CAC de controlar a los medios forman parte de la cultura del veto y la censura que se ha impuesto en Cataluña.

Esto no responde más que a un intento desesperado del procesismo de retener el poder sobre el relato y silenciar los discursos que amenazan su posición de privilegio. Es evidente que detrás de todo esto está el hundimiento electoral de los partidos que hasta ahora ostentaban el poder, y el auge de nuevas formaciones como Vox y Aliança Catalana. Su posición se ve aún más comprometida por la pérdida de influencia de los medios tradicionales.

El declive de TV3 y la prensa subvencionada

Aunque no lo digan expresamente, el CAC y quienes piden censurar las fake news se refieren de hecho a los medios no subvencionados que el poder no puede controlar. El auge de los partidos antiprocesistas ha coincidido con el declive de los medios públicos y subvencionados. TV3 es el mejor ejemplo de ellos, una televisión que fue siempre referentes en Cataluña y que ahora atraviesa por una crisis de audiencia y de prestigio.

Pero afecta también a los medios subvencionados, cuya pérdida de lectores suele ser diametralmente opuesta a la cantidad de dinero público que reciben. La caída de estos medios ha supuesto la pérdida de control del relato por parte de los partidos en el poder. Por el contrario, los ciudadanos se informan cada vez más por medios alternativos que difunden la verdad que los medios públicos y subvencionados ignoran o tergiversan.

Esto explica que los cordones sanitarios políticos y mediáticos cada vez tengan menos eficacia. De hecho, suelen producir el efecto contrario y acaban atrayendo aún más votos a las opciones vetadas y censuradas.

Debate sobre la información y la censura

Por un lado está el debate sobre el derecho a la información de los ciudadanos. Muchos critican el papel paternalista que se arrogan los órganos de control y las agencias de verificación cuando pretenden proteger a los ciudadanos de la información falsa. ¿Es que acaso los ciudadanos no son personas adultas suficientemente formadas como para filtrar la información y pensar por sí mismos?

Por otro lado está la sospecha de quién está detrás de estos órganos de control y de las agencias de verificación. Estos entes suelen estar controlados directa o indirectamente por el poder, y por lo tanto actúan como protectores del relato oficial y censuradores de la información alternativa o disidente. Esto explica que la televisión pública y subvencionada en Cataluña siga a rajatabla las convenciones woke impuestas en el marco mental institucional y público.

Todo esto lleva a la contradicción en la que vive sumido el poder político y mediático en Cataluña actualmente. Por un lado reivindican a Cataluña como vanguardia de la democracia y las libertades, mientras por otro lado aplican el veto y la censura como método de control. Y esto explica que los procesistas reivindicaran durante años el Parlament como el templo de la palabra donde se podía hablar de todo y ahora amenacen a Ignacio Garriga y a Sílvia Orriols con censurarles y sancionarles.

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