Montaje de Feijóo, con Urkullu y Sánchez, con la bandera del País Vasco de fondo
POLÍTICA

La venganza de Alberto Núñez Feijóo

Cree que hay un sector de votantes del PNV que no quiere a Sánchez de presidente y va a por ellos. Esteban, parece, lo cree también.

Aunque a veces se olvide, los diputados deben su puesto a los votantes. Parece una obviedad, pero Feijóo ha echado mano de ella estos días para meter al PNV el miedo en el cuerpo. ¿Por qué? Pues porque maneja datos según los cuales sólo en torno a un 20% de los votantes del PNV se considera de izquierdas.

Eso, cree, le abre una interesante puerta de cara tanto a una eventual repetición electoral como, también, para las próximas autonómicas en el País Vasco. El PNV teme que Bildu gobierne con el PSOE y convertirse en algo así como el tonto útil de Sánchez.

OPA hostil

Tradicionalmente, el PP ha renunciado a disputar con CiU y sus marcas sucesoras en Catalunya y con el PNV en el País Vasco el espacio electoral de la derecha business friendly. ¿Por qué? Pues porque en Génova daban por hecho que, si hacía falta, estos dos partidos que, en teoría, son de derechas, apoyarían a un candidato del PP a la presidencia.

En Catalunya, la huida hacia delante de Mas que desembocó en el 1-0 desmontó la ecuación. En el País Vasco, aunque el ruido sea menor, ha ocurrido otro tanto. En Catalunya, los actuales lodos son consecuencia de la pugna que ERC y CiU/Junts mantienen desde hace años por el liderazgo nacionalista. En el Norte, se vive otra competición similar entre PNV y Bildu.

Los jeltzales, como creía aquí Mas, piensan que la ganarán si logran parecer más nacionalistas que Bildu y en eso andan. Por eso se sumaron a la moción de censura contra Rajoy y, por eso también, dicen no ahora a Feijóo.

¿Aciertan? Las encuestas dice que no, que les pasará como a Junts y Bildu, como ERC aquí, gobernará allí. ¿Por qué? Porque los muy cafeteros siempre eligen café, aunque sea malo, en vez de la mejor de las achicorias. Feijóo, ahora, lo ha descubierto. Y va a por los de la achicoria.

Advertencia

En Génova, alguien ha visto la luz. El cálculo de julio era que se podía gobernar maltratando a Vox en campaña y con resultados mediocres o malos en Catalunya y en el País Vasco. Ahora, saben que eso no funciona.

¿Qué plantean? Algo ya ensayado: ir a por los nacionalistas moderados que votan a Junts y al PNV. Suponen, primero, que esos votantes existen y, segundo, creen que Feijóo puede seducirles.

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Lo consideran así porque en Génova se da por hecho que hay gente 'de orden' en esos dos partidos que no quieren a Sánchez de presidente. En Catalunya, los intentos de captar ese voto –el que se suponía iba a Unió- se han revelado tan vanos como la búsqueda de la Tierra del Preste Juan.

¿Funcionará en Bilbao, San Sebastián y Vitoria? Feijóo cree que sí y por eso fue tan duro con Aitor Esteban y le igualó con Bildu al replicarles a los dos a la vez. A Esteban, el enfado se le veía hasta en el color de la cara, visiblemente roja. ¿Será que el mítico voto que aquí se supone iba a Unió sí existe a la vera del Nervión y el Bidasoa? Feijóo cree que sí. Y va a por él.

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