Un vecino del Raval retrata la degradación de Barcelona con una sola imagen

Jaume Collboni llegó a la alcaldía de Barcelona con la promesa de poner orden en la ciudad y mejorar la limpieza en la vía pública. Un año después, la delincuencia sigue disparada y el incivismo avanza imparable dejando una pobre imagen de la ciudad condal. Son muchos los vecinos que llevan tiempo denunciando la degradación de Barcelona, sobre todo en barrios empobrecidos como el Raval y el distrito de Ciutat Vella.

Uno de estos vecinos es Carlos Martínez, que lleva más de cuatro décadas viviendo en el Raval y que denuncia asiduamente la situación límite en la que se encuentra su barrio. En su perfil de Twitter suele colgar vídeos de las peleas y el consumo de drogas que ya son algo habitual en las calles del Raval. Su última publicación retrata en una sola imagen la degradación de Barcelona, en lo que atañe a la limpieza de las calles.

Este vecino ha colgado una foto frente a la Iglesia de Sant Josep y Santa Mònica, en la Rambla Santa Mònica del distrito de Ciutat Vella. En la imagen se ve un carro de la compra lleno de desperdicios y un montón de basura a su alrededor. “Barcelona posa’t guapa”, ha tuiteado Carlos, con la intención de denunciar la degradación de la ciudad tras ocho años de gobierno de Ada Colau y Jaume Collboni.

¿Dónde está el Pla Endreça?

Esta imagen y los vídeos de desorden y suciedad que diariamente suben los barceloneses en las redes sociales demuestra el fracaso del famoso Pla Endreça. El plan fue impulsado por el gobierno de Jaume Collboni apenas llegó a la alcaldía, y su objetivo era restaurar el orden y limpiar la ciudad en nueve meses. El nuevo alcalde prometió más policía, es decir más seguridad, y doblar la limpieza de las calles y los parques para hacer a Barcelona una operación de cirugía estética.

No es extraño pues que muchos vecinos se acuerden ahora del Pla Endreça, comentando la foto que ha colgado este vecino. Otro usuario le responde con otra foto de una calle del centro llena de cajas, muebles viejos y trastos. “Es una vergüenza”, afirma este vecino, y otro afirma que para poner guapa a Barcelona “tendríamos que echar a muchos recién llegados, borrachos low cost, el turismo de miseria y una clase política mesiánica y sangonera”.