Montaje con un plano medio de Pedro Sánchez riendo mientras aplaude y un plano medio de Salvador Illa con cara seria
POLÍTICA

Los vasos comunicantes de los presupuestos de Sánchez e Illa: con el agua al cuello

ERC y Junts intentan aprovechar la debilidad de los gobiernos central y catalán para ganar protagonismo

Pocas veces en los últimos años la política nacional, en el Congreso de los Diputados, ha estado tan conectada con la política catalana. El ascenso de Salvador Illa a la Generalitat ha vinculado de una forma muy estrecha el destino del Gobierno de Pedro Sánchez con el de Cataluña, y esto condiciona a su vez la actitud de partidos como ERC y Junts. Sobre todo de este último, que aunque no quieren reconocerlo abiertamente acaban vinculando la negociación de los presupuestos en Madrid con la de las cuentas en Cataluña.

Dos hombres en traje conversan en un entorno formal con personas al fondo.

Junts, que busca cualquier resquicio para ganar protagonismo en Cataluña, intenta aprovechar el estrecho margen del PSC para tensar la cuerda en Madrid. Puigdemont sabe que a Illa le bastará con ERC y Comuns para aprobar las cuentas de 2025, pero también que el PSC necesita ampliar la mayoría parlamentaria para evitar disgustos. Y también como una forma de presión a ERC y Comuns, que están aprovechando su exclusividad para imponer sus demandas al gobierno socialista en minoría.

Sin margen de maniobra en Cataluña, donde el PSC se ha decantado claramente por unos presupuestos de izquierdas sin baja de impuestos, Junts quiere utilizar los vasos comunicantes para presionar en Madrid. Insisten en que el techo de gasto es clave para aumentar los recursos de la Generalitat, y que sin esta condición es difícil negociar las cuentas en Cataluña. El Govern asume ya que Junts votará en contra de los presupuestos, y los de Puigdemont, aunque se hacen los duros, buscan nuevas oportunidades para ganar protagonismo y condicionar la política catalana desde Madrid.

Junts quiere ser el factor decisivo en Cataluña y Madrid

Un elemento clave en este sutil juego político es el protagonismo que ha conseguido ERC con la negociación de la financiación singular con el PSC. Esto ha permitido que los republicanos, contra todo pronóstico y en medio de la peor crisis que atraviesa la formación en décadas, sean decisivos en Madrid y sobre todo en Cataluña. Esquerra no gobierna de facto, pero es el socio preferencial del gobierno en minoría del PSC, y además lidera una ambiciosa reforma del sistema financiación autonómica.

Frente a eso, Junts intenta competir imponiendo a Pedro Sánchez duras condiciones reducir a cero el déficit catalán para los presupuestos o subir el techo de gasto para la Generalitat. "Le estamos negociando a Salvador Illa que cuenta con más recursos", dijo recientemente el vicepresidente de Junts Antoni Castellà. A cambio exigen una rebaja fiscal para quitar la soga del cuello de los contribuyentes, en la comunidad autónoma donde se pagan más impuestos de toda España.

Como ha hecho hasta ahora, Puigdemont tensará al máximo la cuerda pero teniendo siempre cuidado de no romperla. Su voluntad es cambiar las tornas para que ERC deje de ser un factor decisivo en Cataluña y Madrid y Junts pase a ocupar este papel. Más allá de los presupuestos, la plana mayor de Junts, con Turull a la cabeza, le recuerdan a Pedro Sánchez que su entendimiento es imprescindible para la estabilidad parlamentaria de los gobiernos de PSOE y PSC en Madrid y en Cataluña.

ERC y Comuns consolidan su alianza con el PSC

Si Junts ve en los presupuestos de Madrid y Cataluña un vaso comunicante para ganar influencia, ERC y Comuns también aprovechan el camino de ida y vuelta en este caso para consolidar su alianza con los socialistas. Los Comuns salvaron el desastre electoral con un acuerdo de gobierno que les permite ser decisivos en temas como la vivienda, y al mismo tiempo marcar músculo izquierdista en oposición a un PSC derechizado. Lo mismo ocurre con Sumar en Madrid, así que tanto Comuns como los de Yolanda Díaz necesitan aprobar los presupuestos de Sánchez e Illa para seguir en el poder mientras resuelven sus crisis internas.

Lo de ERC es aún más evidente, porque su alianza estratégica podría acabar consolidándose del todo si Oriol Junqueras se impone en el congreso del partido el 30 de noviembre. Illa confía en que la victoria de Junqueras allanará el camino para que ERC entre en el gobierno, lo cual sería un paso definitivo para estabilizar la legislatura. Esto supondría el aislamiento definitivo de Junts, e implicaría un riesgo evidente que sería la complicación de las relaciones entre el PSOE y Junts en Madrid.

Montaje de Oriol Junqueras y Salvador Illa en el Parlament

ERC también ve con recelos el protagonismo de Junts en Madrid, así que necesita dar nuevos pasos para consolidarse como socio preferencial de los socialistas en el Parlament. La idea de Junqueras es clara, y es que en estos momentos solo la influencia de Esquerra en los gobiernos central y autonómico permiten seguir sosteniendo su relato. En cambio, los socialistas intentan convencer a Junts de que salvar los presupuestos de Pedro Sánchez les abrirá las puertas para ambiciosas concesiones en el gobierno catalán.

Sánchez lo tiene mucho más difícil que Illa para aprobar los presupuestos, pero está claro que en las negociaciones unos y otros, tanto en el gobierno como en la oposición, utilizan los vasos comunicantes para sacar provecho.

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