Un hombre con gafas y barba canosa hablando en un programa de televisión con un fondo colorido.
POLÍTICA

Las luces 'multiculturales' de Navidad colman la paciencia de los catalanes

El Raval en Barcelona sustituirá el tradicional alumbrado por guirnaldas inclusivas sin motivos religiosos

La noticia ya no sorprende a nadie: el Raval sustituirá este año las luces tradicionales de Navidad con motivos religiosos por bombillas inclusivas y multiculturales. Hace tiempo que las tradiciones religiosas y catalanas están en proceso de desmantelamiento. El año pasado la Generalitat felicitó el solsticio de invierno en lugar de las Navidades, y felicitó el ramadán a los musulmanes pero se olvidó de la Semana Santa de los católicos.

Una calle iluminada por luces de colores con personas caminando por la acera y edificios a ambos lados.

La ofensiva contra las tradiciones autóctonas se consolida este año por el proyecto inclusivo que sustituirá las ‘luces de Navidad’ por ‘luces de invierno’. Su impulsor, el diseñador Imanol Ossa, ha estado en el plató de Betevé para explicar el proyecto. Y sus palabras han acusado una oleada de indignación, con centenares de mensajes en las redes sociales.

Ossa ha defendido el carácter multicultural de la iluminación, "para que todo el mundo se sienta incorporado y huir un poco del punto navideño". El diseñador no esconde su aversión hacia la Navidad. Según ha dicho, no se trata solo de incorporar a "filipinos y pakistaníes" sino también a "gente de aquí, autóctonos, que no nos sentimos identificados con las luces navideñas y que somos unos cuantos".

La gente se ha hartado

La publicación de Betevé en X, con estas declaraciones, lleva ya más de 400 comentarios de catalanes indignados. Se quejan de que "en Europa toda civilización tiene derecho a existir menos la europea", y lamentan que personajes como este "sufren autoodio y nos lo quieren hacer pagar al resto".

"Qué explicación más absurda y estúpida, digna del wokismo imperante, cuando los Albiol y las Orriol arrasen que no os extrañe", afirma un comentario. Por cierto, que de la mano de Xavier García Albiol, Badalona volverá a competir este año por tener el árbol de Navidad más grande de España. Son muchos quienes comparan los dos modelos, el de quienes conservan y fomentan las tradiciones, y el de quienes las sacrifican en aras de la inclusión y la multiculturalidad.

Una conversación en Twitter entre tres usuarios en catalán. Joan Monteagudo sugiere prohibir el Ramadán. Oriol Figuerola expresa su sorpresa por la normalización de ciertos discursos y defiende las tradiciones milenarias, diciendo que nadie está obligado a quedarse si no le gustan. Adrià comenta sobre la paradoja de que los habitantes de una sociedad sean culpados por la desaparición de su cultura y menciona que ser catalán es una condena, pero que algo parece estar cambiando.

Por eso hay quien comenta que "la integración pasa por el respeto mutuo y no por diluir nuestra identidad cultural". y que "la Navidad también puede ser un espacio de encuentro y no de autocensura". Un catalán advierte que "los catalanes no tenemos solución y estamos acabados culturalmente".

"El problema actual de Cataluña es la inmensa cantidad de gente mediocre con ideas de bombero que tienen derecho a decidir políticas y acciones en el espacio público", hace notar alguien. Para otro, "la realidad sociológica objetiva es que la sustitución demográfica, lingüística y cultural en Cataluña va a toda castaña". Entre los comentarios aflora una pregunta lógica, y es "por qué se tienen que sentir integrados los musulmanes si ellos no celebran la Navidad".

Con nuestros impuestos

Un indignado critica que “no tenéis problemas en permitir segregación por sexos en el fin del Ramadán que nos ofenden a todos, pero a nosotros nos quitáis la Navidad. Estáis tarados y sois muy peligrosos, después os quejáis si la ‘extrema derecha’ sube”. 

El proyecto costará 65.000 euros, así que hay muchos que también advierten que este despropósito lo pagaremos "todos con nuestros impuestos". "Cuando incluir significa excluir a tu propia cultural quiere decir el suicidio", afirma otra reflexión. Culpan a PSC, ERC, Junts y los Comuns de haber llevado a cabo este proceso de desmantelamiento de las tradiciones desde la Generalitat y el ayuntamiento de Barcelona.

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