Plano medio cort de Pedro Sánchez en la tribuna del Congreso mirando hacia abajo con cara de preocupación
POLÍTICA

El catalán seguirá sin ser oficial en Europa

El Gobierno de Pedro Sánchez suma un nuevo fracaso diplomático que complica sus relaciones con Junts

La oficialidad del catalán tendrá que esperar. Pese a la ofensiva diplomática del Gobierno de Pedro Sánchez estos últimos días, la iniciativa no ha obtenido los apoyos requeridos para salir adelante. Ante las reservas de varios países, como Alemania o Italia, los estados miembro han decidido aplazar por segunda vez la decisión.

Dos hombres de pie, ambos con trajes oscuros y camisas blancas, posan frente a una pared clara.

Este nuevo fiasco muestra la debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez en Europa. Y tensa aún más las relaciones entre el ejecutivo español y su socio prioritario, Junts. Ahora habrá que ver la derivada de este nuevo fiasco de la izquierda y el procesismo.

Junts invistió a Pedro Sánchez a cambio de la amnistía y la oficialidad del catalán en la UE. Dieciocho meses después, no hay ni amnistía ni oficialidad del catalán. Esto debilita aún más al Gobierno de Pedro Sánchez, pero sobre todo a Carles Puigdemont, que suma un nuevo fracaso en pleno hundimiento de Junts en las encuestas.

Más dudas que entusiasmo 

Los estados miembro aplazaron la primera votación en marzo de 2019, por las reservas que generaba sobre todo a nivel financiero. El Gobierno, apremiado por Junts, volvió a activar recientemente su diplomacia para intentarlo una segunda vez. Pero, incapaz de conseguir el consenso necesario, el Ejecutivo español ha aceptado la petición de los países de volver a aplazar la decisión.

El Gobierno ha querido transmitir un mensaje de optimismo, y ha prometido que seguirá trabajando para convencer a los países reticentes. Los procesistas, por su lado, culpan a PP y Vox de llevar a cabo una ofensiva contra el catalán en Europa.

La presidencia del Consejo Europeo ha anunciado el aplazamiento después de que varios países volvieran a expresar sus dudas financieras y legales. La cosa empezó a torcerse cuando Finlandia y Alemania mostraron sus reservar.

“Espero que no tengamos que votar hoy porque la cuestión no está madura”, dijo el ministro finlandes Joakim Strand. Sus advertencias sobre la legalidad de la medida provocaron una reacción en cadena en países como Suecia y Austria. Aunque el golpe definitivo lo dieron Alemania e Italia, que amenazaron con votar en contra si la votación prosperaba.

Nuevo fracaso diplomático

El Gobierno había introducido cambios respecto a la primera propuesta, pero no ha servido para convencer a los díscolos. De hecho, aunque el PSOE se muestra optimista, están aún lejos de la unanimidad requerida para aprobarlo.

El Gobierno tiene ahora la oportunidad de seguir trabajando para aprobar la medida, pero este segundo varapalo erosiona seriamente su credibilidad. Abre además una nueva guerra política en España con varios frentes.

Apenas conocida la decisión, el PSOE ha culpado al PP y a Vox de haber boicoteado la votación en contra de los intereses de España. También se deterioran más las relaciones entre el Gobierno y Junts, que ha vuelto a advertir de las consecuencias. Puigdemont queda especialmente tocado, pues su estrategia de alianza con el PSOE ha sido un auténtico fracaso.

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