La entrada de un edificio de la calle José Garrido que estaba okupado, a 20 de julio de 2021, en Madrid (España)
POLÍTICA

El triunfo de unos vecinos contra unos okupas que evidencia la realidad de Cataluña

Ha sido necesaria la presión mediática y vecinal para que las autoridades actuaran en el 'parking de los horrores'

La presión vecinal ha logrado lo que durante más de un año ninguna institución fue capaz de resolver. Un grupo de okupas conflictivos abandonó un aparcamiento del barrio de Hostafrancs, convertido en foco de delincuencia y miedo. El espacio, ubicado en la calle Béjar, era conocido muy gráficamente como el “parking de los horrores”.

Durante meses, los residentes convivieron con escenas dantescas de tráfico de drogas, prostitución y condiciones insalubres. Más de 200 vecinos sufrieron robos, amenazas y situaciones de alto riesgo. Muchas mujeres del edificio, por ejemplo, evitaban bajar solas al garaje por miedo a agresiones sexuales.

Las autoridades hicieron caso omiso a las reiteradas denuncias presentadas por la comunidad. Ni el Ayuntamiento de Barcelona, ni los propietarios del local, ni los tribunales ofrecieron solución alguna. La situación solo cambió cuando un medio de comunicación, La Vanguardia, expuso el problema, así como usuarios destacados en redes sociales.

Cuatro días después de la publicación, la Guàrdia Urbana colaboró con los vecinos en una operación conjunta de desalojo. La intervención permitió que los ocupantes del parking abandonaran voluntariamente el lugar. Como era de esperar, no aceptaron asistencia social y se marcharon por decisión propia.

La comunidad contrató una empresa de limpieza y vigilancia privada para recuperar el espacio. Además, se tomarán medidas para evitar nuevas ocupaciones en el futuro. La policía identificó a siete personas durante el operativo, sin que se produjeran enfrentamientos.

El protagonismo de la comunidad

La actuación no se habría producido sin la iniciativa organizada de los vecinos, hartos de vivir bajo la amenaza constante. Fue su perseverancia, y no la actuación de oficio de las administraciones, la que forzó la intervención. El caso revela una preocupante desprotección ciudadana frente a situaciones de ocupación ilegal en Cataluña.

La historia de este parking de Barcelona es un reflejo de un problema creciente en muchas ciudades de Cataluña, empezando por el descrédito de muchos grupos políticos hacia el problema de la okupación. Pero lo cierto es que Cataluña acapara el 40% de todos los casos de okupación de España. Y, como han reiterado varios criminólogos expertos en la materia, la okupación es un primer paso para crear lo que ellos denominan como "zona de confort criminal".

Por otro lado, es lo que explica que varios alcaldes de Cataluña (y de signos políticos muy distintos) hayan cosechado éxitos electorales enfrentándose de manera directa a esta realidad.

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