La trama rusa pone en peligro la amnistía para Carles Puigdemont
El redactado actual de la ley de amnistía no contempla los casos de traición al Estado
El juez de instrucción Joaquín Aguirre ha prorrogado la investigación de la trama rusa del Procés y estrecha el cerco sobre Carles Puigdemont. La implicación del expresident pone en serio riesgo su inclusión en la ley de amnistía. El artículo 2 de la ley, en su apartado e, excluye los delitos de “traición y contra la paz o la independencia del Estado”.
La polémica salta en vísperas de la aprobación de la ley de amnistía en el Congreso y de las dudas que suscita el redactado final en los partidos independentistas. Especialmente en Junts per Catalunya, que teme que los jueces aprovechen las grietas de la ley para seguir persiguiendo a dirigentes y militantes independentistas. La principal preocupación de los postconvergentes es el blindaje del expresident.
El caso Volhov se basa en los supuestos contactos de líderes catalanes con el Kremlin para asegurarse un apoyo ruso a la causa independentista. La trama rusa del Procés implica a Carles Puigdemont y a gente de su entorno como Víctor Tarradellas y Josep Lluís Alay. La reapertura del caso complica el horizonte judicial y político del expresident.
Lío a la vista con Puigdemont y la amnistía
No en vano Junts per Catalunya había presionado al PSOE para incluir en la amnistía a los “perseguidos” por el caso Volhov y Tsunami Democràtic. Estos últimos están incluidos en los supuestos casos de terrorismo, cuya exoneración aún no está del todo clara. Lo mismo con la trama rusa, que se incluye en los supuestos delitos de traición.
En el caso del Tsunami Democràtic, el PSOE accedió a incluir los casos de terrorismo en la ley de amnistía pero con una excepción, la “violación de derechos humanos”. Ocurre lo mismo con los delitos de traición, que da margen a los jueces para seguir investigando y juzgando al entorno procesista. En ERC y Junts tienen la sensación de haber perdido una oportunidad para cerrar una ley de alto blindaje.
La reapertura del caso Volhov en vísperas de la aprobación de la ley de amnistía confirma las peores sospechas de ERC y Junts. Los nervios se apoderan ahora de los partidos, que en el caso de Junts podría llevar a una nueva presión sobre el PSOE. Las próximas horas prometen ser movidas en los pasillos del Congreso.
Nervios también en el PSOE
Las informaciones sobre la reapertura del caso Volhov abren también un escenario de gran incertidumbre en la sede del PSOE. Los negociadores de la ley de amnistía temen que esto abra un nuevo tira y afloja con el partido de Puigdemont. Esto se suma al deterioro de las relaciones con ERC a raíz del espionaje a Pere Aragonès cuando Pedro Sánchez ya era presidente del Gobierno.
Pese a que Junts siempre ha dicho que la amnistía no es una solución personal, en Ferraz sabe que la estabilidad del Gobierno depende de la suerte de Carles Puigdemont. Cualquier ofensiva judicial que suponga una amenaza para el expresident hace peligrar también la continuidad del Gobierno. El PSOE se escuda en que no controla a los jueces, pero Junts culpa a los socialistas de las grietas de la ley que dan alas a los jueces.
Pese a las dudas generadas estas últimas horas, los socialistas votarán en contra de las enmiendas de ERC y Junts para exonerar a los afectados en casos de terrorismo y traición al Estado. Esto puede abrir un nuevo cisma entre los socios de Gobierno. Y deja en mal lugar a ERC y Junts, que habían puesto todos sus esfuerzos en la negociación de una ley que puede acabar siendo un fiasco.
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