Un hombre con barba y chaqueta marrón en primer plano, con un grupo de personas desenfocadas en el fondo disfrutando de un paseo en bote en un día soleado.
POLÍTICA

Toni Comín habría gastado dinero del Consell de la República para un viaje en velero

Le acusan de utilizar fondos de la entidad para gastos personales y beneficiar a amigos

El conflicto entre el Consell de la República y CATGlobal, la empresa que le proporcionaba cobertura legal en Bélgica, se está envenenando. En el ojo del huracán está Toni Comín, al que acusan de haber utilizado la entidad independentista para lucrarse y beneficiar a amigos y familiares. La reunión para limar asperezas no ha llegado a buen puerto, y por si fuera poco han aparecido nuevas informaciones que alimentan la sospecha de corrupción sobre la mano derecha de Puigdemont en Bruselas.

Los gestores de CATGlobal acusan a Toni Comín de haber utilizado los fondos de la entidad para gastos como casas de verano y viajes personales. Además, le acusan de favoritismo en la contratación de la empresa Events para la organización de los actos del Consell de la República. Algo que viene ya de lejos, puesto que Toni Comín y su hermana Betona hacían de enlace con esta empresa que se embolsaba millones de euros de las administraciones catalanas.

Primer plano del político catalán Toni Comín

Todo esto se mezcla con el malestar de las bases de la entidad hacia Toni Comín, al que acusan de haber perpetrado un golpe dentro del Consell. Fue durante las negociaciones de Junts con el PSOE cuando la ejecutiva, presidida por Carles Puigdemont y Toni Comín, suprimió el órgano legislativo (Asamblea de Representantes) que hacía de contrapoder. Pese a aducir razones de carácter orgánico, fueron acusados de querer eliminar la disidencia interna en plenas negociaciones por la investidura de Pedro Sánchez.

Viajes a todo tren

A las acusaciones de autoritarismo se suma la sombra de la corrupción. Según desvela El Confidencial, las alarmas saltaron cuando los gestores vieron “transferencias que iban directas a una cuenta privada de Toni Comín”. Entre los gastos había un viaje en velero por la costa del sur de Francia. Ahora se ha difundido por las redes sociales un viaje que hizo Toni Comín con Lluís Llach y algunos allegados en agosto de 2022. 

La gestoría habló de “donaciones de la ciudadanía” que se destinaban a “un uso político”, y señalaban directamente a Toni Comín como enlace entre el Consell y CAT Global, como el responsable de “indicar el destino” de los gastos. “Hemos constatado que el representante ha sobrepasado sus prerrogativas”, añadían en una carta al Consell. La entidad anunció una investigación interna para esclarecer los hechos y convocó una reunión con CATGlobal para cerrar la crisis, pero de momento no ha dado resultados.

Más problemas para Puigdemont

El escándalo en torno al Consell de la República supone otro duro golpe a las maniobras de Carles Puigdemont para salvar su proyecto político. Su plan pasaba por pactar con el PSOE y aprobar una amnistía que le permitiera volver a Cataluña para tomar las riendas de la Generalitat. En paralelo, el Consell de la República tenía que actuar como el paraguas de la unidad independentista para culminar la reunificación del movimiento bajo el mando de Puigdemont.

Sin embargo, ni está claro que la amnistía vaya a aplicarse de forma inmediata ni parece que el independentismo vaya camino de una unidad estratégica. Puigdemont ha perdido las últimas elecciones y sigue en el sur de Francia esperando que los jueces tengan a bien aplicar una amnistía aprobada recientemente en el Congreso de los Diputados. Además, parece difícil que vaya a poder recoser un independentismo más dividido que nunca, con la batalla Junqueras-Puigdemont más viva que nunca y nuevas formaciones como Aliança Catalana abriendo nuevos espacios.

Hay que recordar también que en las recientes elecciones europeas Junts pasó de tres a un eurodiputado, con la candidatura encabezada precisamente por Toni Comín. La sombra de la sospecha que se cierne ahora sobre él compromete las aspiraciones de Puigdemont de erigirse como líder del independentismo. El fiasco del Consell de la República, que nació como un gobierno paralelo en el exilio y ha acabado como un reducto sin influencia y manchado por la corrupción, refleja perfectamente la deriva del procesismo.

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