Tomàs Molina o cuando la política se convierte en un meme

A estas horas, toda Cataluña ya ha visto el vídeo de Tomàs Molina en el inicio de la campaña electoral hablando de Eurovisión. Por si acaso -y por su propio placer- lo volvemos a adjuntar para que el inicio de semana sea menos duro:

La incorporación del hombre del tiempo de TV3 en las listas de ERC intentó ser un golpe de efecto doble, tanto para el 12 de mayo como para las europeas. Esquerra vio en Tomàs Molina un perfil mediático, una de las caras más conocidas de la televisión pública. Sus primeras apariciones como político fueron complicadas y Molina desapareció hasta pasado el día doce.

Tomàs Molina lo intenta, está claro, pero no acaba de entender que dar discursos electorales no es hacer vídeos para Instagram o tiktok. Para decir banalidades, no hace falta ir a buscar mediáticos ni inventarse una sección del tiempo diaria en las redes de ERC para que así Molina tenga su espacio durante la campaña.

Probablemente, el fichaje del de Badalona es una jugada a la desesperada ante las malas perspectivas electorales. Entre la militancia republicana no ha gustado demasiado que Diana Riba, mujer de Raül Romeva, y Tomàs Molina sean los dos primeros de la lista, mientras se haya prescindido de Jordi Solé.

Recuerda, además, a la etapa más oscura del Procés, cuando las listas políticas se coparon de activistas, famosos, cantantes, escaladores y actores. No hace falta recordar como acabó aquello y parece que determinados partidos no aprenden y creen que pueden solucionar sus problemas como si de fútbol se tratara.

Es posible que los republicanos busquen algo distinto tras lo ocurrido hace poco más de dos semanas. Las elecciones europeas son extrañas, la participación será baja y quizás crean que pueden apelar a un voto a partir de la simpatía de Tomàs Molina.

El problema es que su fichaje tensiona un poco más un partido que vive al límite y no hay opción alguna de que el hombre del tiempo obtenga el acta de diputado. El paso de Molina por la política será breve, más si ERC no gobierna en la Generalitat y no lo puede recolocar.

Habrá sido, pues, algo curioso, anecdótico, un mal intento de un partido demasiado lleno estos últimos tiempos de políticos profesionales. Lo que deberían haber buscado, más que un hombre del tiempo, es a un profesional que pusiera en valor la política.