Imagen de perfil del presidente de la Generalitat Pere Aragonès con unos billetes de 50 y 20 euros de fondo

POLÍTICA

Tierra de sablazos: los 15 impuestos catalanes que disparan la carga fiscal

Cataluña es la comunidad autónoma con más carga fiscal en impuestos propios: el 45% de la recaudación en toda España por estos tributos se hace en Cataluña

“Háganlo aquí”. Esta fue la viral respuesta de Isabel Díaz Ayuso en Barcelona, en un encuentro informativo organizado por La Vanguardia y celebrado la semana pasada. La presidenta de la Comunidad de Madrid respondía así a la pregunta sobre si el modelo fiscal de Madrid, con baja carga impositiva para favorecer la llegada de empresas, es ‘dumping’ o “trampas”, en palabras del periodista Ramon Rovira, quien le formulaba la pregunta.

Más allá de la polémica por la pregunta y la espontánea respuesta de Isabel Díaz Ayuso, la cuestión servía para reavivar un viejo debate. La discusión sobre si el modelo fiscal de Madrid es una suerte de ‘competencia desleal’ para las otras comunidades autónomas. Lo cierto es que el marco impositivo de la región es atractivo para la reducción de costes impositivos para empresas e incluso particulares.

Desde la llegada de Esperanza Aguirre a la presidencia de la Comunidad de Madrid, los gobiernos regionales, siempre del PP, han ido disminuyendo la carga fiscal. No solo los tributos dirigidos a personas jurídicas, sino también aquellos que gravan a particulares, se han visto reducidos —algunos, hasta su práctica desaparición. La tendencia de las dos últimas décadas la ha consolidado Ayuso en sus últimos años de mandato.

Lo ha hecho, además, de una forma desacomplejada y con convicción. Isabel Díaz Ayuso ha defendido a capa y espada el modelo fiscal de Madrid. Su respuesta en el acto de Barcelona daba buena fe de ello.

"Dentro de mi autonomía fiscal, en lugar de seguir multiplicando las embajadas, destinando más dinero público a mantener una causa política, he decidido estimular la creación de empleo y de puestos de trabajo, ayudar a aquel que arriesga el patrimonio de sus hijos para ello, o a aquellos ciudadanos que se lanzan a tener una hipoteca, a tener hijos, a la aventura de vivir, que es una dificultad constante, y que necesitan que una autoridad les vaya arropando", afirmaba.

Y seguía: "Cuando nosotros hemos aplicado sucesivas rebajas fiscales, hemos recaudado más. E insisto, nosotros no competimos con otras comunidades, estamos a su servicio. Nada me gusta más que lleguen nuevos proyectos a cualquier otro rincón de España".

Montaje con un primer plano de Isabel Díaz Ayuso riendo y un plano medio cort de Pere Aragonès mirando al horizonte con cara de preocupación. De fondo, una imagen aerea de una manifestación constitucionalista en Barcelona con banderas españolas

El marco fiscal de Cataluña, radicalmente opuesto al de la Comunidad de Madrid

En la otra cara de la moneda se encuentra el caso de Cataluña. Si Madrid se caracteriza por un régimen fiscal con pocos y bajos impuestos, Cataluña es la región que más tributos propios aplica y que más recauda por ellos, con amplia diferencia. La comparación salta a la vista: mientras Madrid no cuenta con ningún impuesto autonómico, Cataluña tiene quince.

Se trata, pues, de una diferencia sustancial que sitúa a Cataluña a la cabeza de España en impuestos propios. Ninguna comunidad supera los quince impuestos de titularidad regional: en segundo lugar, pero a gran distancia, se encuentran la Comunidad Valenciana y Andalucía, con ocho gravámenes cada una. En consecuencia, ninguna región recauda tanto como Cataluña por estos tributos.

En 2022, la Generalitat cobró 864 millones de euros por estos quince impuestos. Le siguen Valencia y Andalucía a una gran distancia —221 y 145 millones, respectivamente. Las cifras confirman lo que ya se intuía: en Cataluña se pagan más impuestos que en cualquier otra comunidad autónoma.

Cataluña, la tierra de los sablazos: quince impuestos propios… más los cedidos por el Gobierno

Si bien son quince los impuestos de titularidad autonómica que recauda la Generalitat, cabe subrayar que podrían ser más. El Govern aprobó cuatro tributos más que fueron suspendidos por el Tribunal Constitucional, de modo que no pueden aplicarse pese a la intención de hacerlo por parte del gobierno autonómico.

Además, a la nómina de gravámenes hay que sumarle aquellos impuestos que, pese a no ser propios, están cedidos por el Gobierno a las comunidades autónomas. Son los grandes tributos: Patrimonio, Sucesiones y Donaciones y Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. Aunque son estatales, son las comunidades las encargadas de regular el gravamen y suya es también la recaudación.

Primer plano de Pere Aragonès, presidente de la Generalitat

El impuesto más paradigmático es el de Sucesiones y Donaciones. Hoy por hoy son solo cuatro las regiones donde debe pagarse de forma íntegra: Asturias, Aragón, Castilla-La Mancha y Cataluña. En el resto de las comunidades, o bien no se paga o bien se abona de forma simbólica, con bonificaciones que en algunos casos rozan el 100%.

En los últimos meses han sido varios los gobiernos autonómicos que han suprimido el impuesto, como es el caso de los nuevos ejecutivos populares en la Comunidad Valenciana o Extremadura. Cataluña es, pues, una de las regiones donde el tipo del impuesto es mayor, como también ocurre con el tramo autonómico del IRPF. En este caso, oscila entre el 12,5% y el 25,5%, situando el IRPF de los catalanes como el más caro de España.

A toda esta carga impositiva hay que sumarle, tal y como explicábamos, los quince tributos propios de la Generalitat. Impuestos sobre las emisiones de CO2 de los vehículos, sobre las bebidas azucaradas, grandes superficies, el gravamen de protección civil o el tributo sobre el turismo o el juego son solo algunos ejemplos.

Descontentamiento en Sanidad y Educación pese a la alta carga impositiva

El marco fiscal de Cataluña ilustra, pues, la elevada carga impositiva existente en la comunidad autónoma. Como es lógico, la elevada recaudación en impuestos supone un contundente gasto en servicios públicos, especialmente en el ámbito sanitario y educativo. Sin embargo, nuevamente, la comparación con Madrid vuelve a ser odiosa por lo que a satisfacción se refiere.

Primer plano de Isabel Díaz Ayuso con gesto reflexivo con la bandera de la comunidad de Madrid ligeramente desenfocada de fondo

Pese a que la inversión de la Generalitat es mayor en Sanidad y en Educación que la de la Comunidad de Madrid, los catalanes se muestran menos satisfechos que los madrileños en ambos ámbitos. Son datos del Sistema Nacional de Salud y del Ministerio de Educación. En Sanidad, pese a que Cataluña invierte unos 15.000 millones de euros anuales frente a los 10.000 de Madrid, los madrileños se sienten mejor atendidos (56,7%) que los catalanes (55,9%).

Los indicadores educativos corren la misma suerte. A corte de ejemplo, la tasa de abandono formativo en Cataluña en personas de 18 a 24 años (19,5%) es cinco puntos superior a la de la Comunidad de Madrid (14,7%).

En definitiva, pues, las desigualdades son manifiestas en la fiscalidad de las diversas comunidades, así como en la prestación de servicios públicos. Con la legislatura recién arrancada, habrá que ver si el gobierno Sánchez se atreve a iniciar la armonización fiscal que siempre ha pretendido y, sobre todo, cómo reaccionarían ante ello Madrid y el gobierno Ayuso.