VÍDEO | El testimonio de un trabajador en un centro de menas alimenta el debate

La reforma de la ley de extranjería impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez ha avivado el debate sobre los menores no acompañados (menas) y la seguridad en España. La reforma, que ha contado con el beneplácito del PP, incluye el reparto de menas en las diferentes comunidades autónomas. Algo que ha suscitado muchas críticas por el impacto que tiene la llegada masiva de estos jóvenes en muchos barrios y ciudades españolas.

Más allá de las opiniones basadas en preceptos ideológicos, está la opinión de quienes viven cotidianamente la realidad en los centros de extranjeros. Uno de estos trabajadores entrevistado en un canal de Youtube ha explicado lo que pasa realmente.

“Si los medios vieran lo que vivimos los vigilantes de seguridad en un centro de extranjería cambiaría todo”. Con esta frase resume perfectamente la realidad, una realidad que no se ve porque no aparece en los medios de comunicación.

Este empleado explica que entran a las nueve de la noche y a las nueve de la mañana se tienen que ir: “Están en la calle todo el día hasta las nueve cuando vuelven a dormir. Vuelven pasadísimos, habiendo cometido delitos, con dos zetas (coches de policía) detrás”. 

Este vigilante tiene claro que los centros de extranjeros “están apartados” porque “el Gobierno no quiere que se vea, no quiere dar esa sensación de peligrosidad”. Advierte de que estos extranjeros son muy peligrosos porque “no tienen nada que perder” y explica que en los centros “se matan entre ellos”. En su opinión los españoles viven en una falsa sensación de comodidad, inconscientes del momento en el que nos encontramos.

Menas e inseguridad: un debate incómodo

A raíz del reparto de menas aprobado por el Gobierno se han perfilado dos claras líneas de opinión. La izquierda defiende las bondades de la inmigración y tilda de extrema derecha lo que consideran una deshumanización de los menores no acompañados. Al otro lado, sectores cada vez más amplios de la sociedad ven la avalancha de menas como un peligro para la seguridad cuando además no hay suficientes recursos para atenderles.

Si nos fijamos en Cataluña, el territorio que ha acogido más menas, es evidente que hay un impacto en la llegada masiva de estos jóvenes. Según la Guardia Urbana de Barcelona, el 80% de los delitos son cometidos por multirreincidentes extranjeros menores de edad. Estos jóvenes también han protagonizado recientemente incidentes como peleas, robos y agresiones en Lérida, Tortosa, Olot, Vacarisses, Manresa, Terrassa y Girona, por poner solo algunos ejemplos.

La propia izquierda entra en contradicción, cuando por un lado pide acoger más inmigrantes y por el otro rechaza el reparto porque dice que no hay suficientes recursos. El debate está encima de la mesa. Pero el vídeo de este vigilante refleja una realidad que no aparece en los medios y que obliga a reflexionar más seriamente sobre un debate incómodo.