Primer plano de Oriol Junqueras mirando al suelo con cara de circunstancias
POLÍTICA

Tensión en ERC: dimisiones y peticiones a Oriol Junqueras para que dimita

Se recrudece la guerra interna por el control del partido

ERC representa como nadie la crisis del procesismo. El progresivo distanciamiento entre la dirección del partido y las bases ha estallado en una crisis interna que obliga a una catarsis para no naufragar. En el horizonte están las elecciones autonómicas catalanas, en febrero de 2025, y la estrategia a seguir.

Una parte importante de las bases quiere recuperar la vía unilateral y para ello necesitan quitarse de enmedio a Oriol Junqueras. Al otro lado están los líderes orgánicos, Oriol Junqueras y Marta Rovira. Y en tercer lugar está Pere Aragonès, que desde el cargo institucional de President disputa el control del partido a Junqueras y Rovira.

Montaje con los líderes de ERC Oriol Junqueras y Pere Aragonès

Las luchas internas han provocado un cisma desde las organizaciones territoriales hasta la estructura nacional. No solo por la división evidenciada en la elección de los cargos, sino también por la rebelión y la insumisión de una parte de las bases. Esto ha derivado en dimisiones y peticiones de dimisión a Oriol Junqueras.

Todos contra Junqueras

Tras una década al mando del partido, la estrella de Oriol Junqueras ha perdido brillo y las bases piden un relevo en la dirección. El líder republicano siempre ha dicho que cuando sea un estorbo dará un paso al lado. Pero en unos meses la ley de amnistía le rehabilitará en el cargo y quiere un último asalto con Puigdemont.

Esto recrudece la guerra entre Oriol Junqueras y Pere Aragonès para liderar el partido y la candidatura en las próximas elecciones. El sector de Junqueras cree que el Procés ha acabado y que ha llegado la hora del pragmatismo. Se inclinan por un gobierno progresista que afiance su alianza con los socialistas en Madrid.

En cambio, el sector Pere Aragonès no renuncia a reconstruir puentes con Junts e intentar la reconstrucción de la unidad independentista. De esta forma, las bases radicales y el sector Pere Aragonès coinciden en su oposición a Oriol Junqueras. Lo cual aumenta las voces que piden que el presidente del partido dé un paso al lado.

Nuevos líderes y nuevas estrategias

La realidad es que ERC se ha convertido en un partido sin gobernanza y lleno de rumores y conspiraciones. Nadie sabe exactamente quién toma las decisiones, mientras históricos cargos del partido empiezan a rebelarse contra la presidencia. Junqueras parecía tenerlo todo bajo control, pero las cosas han cambiado.

A medida que se acercan las elecciones, sectores cada vez más amplios piden un relevo en las estructuras de poder. Exigen una mayor correlación entre las bases y la dirección, pero también una rectificación en la estrategia. En el fondo de todo está el medio a acabar siendo un partido marginal en el nuevo tablero político catalán.

Los sectores radicales advierten de que acercarse al PSC provocará una fuga de militantes y votantes al espacio de Junts per Catalunya. O del independentismo indignado, que está intentando articular una plataforma electoral y amenaza con desangrar a los partidos tradicionales. Para afrontar los nuevos retos, dicen, el partido necesita nuevos liderazgos y nuevas estrategias.

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