Foto de el debate de El Debat Cat las alecciones de Cataluña
POLÍTICA

Solo los militantes aguantan el debate más prescindible que se recuerda

El cara a cara en La Sexta se convierte en una olla de grillos fruto de la repetición y del cansancio electoral

Estén tranquilos: ya solo queda un debate electoral y será este mismo martes en TV3. Pueden olvidar, pues, lo visto ayer en La Sexta por 165.000 catalanes, según los datos de audiencia.

No hay demasiado que contar: el cara a cara fue totalmente prescindible. Quizás porque los candidatos están ya cansados de decir lo mismo, quizás porque Ana Pastor quiso hacer de Ana Pastor e intervenir más de la cuenta. Hay realmente poco a destacar, aunque intentaremos hacerlo (léase también el cansancio electoral de quién les escribe).

(Casi) todos contra Salvador Illa

Es una realidad: la mayoría de formaciones políticas pusieron al líder del PSC en el punto de mira. Esta vez más de la cuenta, conscientes de que el espectador de La Sexta era el más susceptible de votar socialista. A Illa se le vio cansado, un poco harto ya de tantas interpelaciones y optó una vez más por no entrar en ningún cuerpo a cuerpo.

El líder socialista va claramente a la suya. Le buscaron las cosquillas Aragonès, Rull, Albiach, Garriga, Carrizosa y Alejandro Fernández y esto le cansó visiblemente. Se puede decir que solo el del PP logró sacarle un poco de sus casillas, aunque el formato del debate a 8 le salvó.

Salvador Illa en un mitin del PSC

Pere Aragonès se empequeñece

No era el mejor espacio para el president de la Generalitat. La puesta en escena, uno al lado del otro, dibujaba un Aragonès pequeño al lado de Salvador Illa. Parecía la imagen de un alumno al lado de su profesor y no la del debate de candidatos. El de ERC aún supo desenvolverse bien en castellano, pero perdió un poco la frescura de los primeros debates.

Cerca tenía una Jéssica Albiach que saltaba a su cuello cada vez que podía. Es la estrategia de los Comuns, desgastar a ERC desde la sonrisa de Jéssica, que nunca sale malparada de los debates. Otra cosa son sus candidatos en otras demarcaciones, que no están ni de lejos a su nivel. 

Laia Estrada fue sustituida por Laure Vega y parece que a la CUP le gustó su número dos. Le costó entrar en el debate y a veces uno no logra entender qué dice, pero supo no pasar desapercibida. Una vez más los cupaires tuvieron un momento de gloria con el PP. Las dos formaciones ya se buscan, conscientes que si discuten un rato, refuerzan a sus acérrimos aficionados.

Alejandro Fernández y su cultura del no

El líder del PP catalán es feliz en un plató y debatiendo. Se le ve contento, busca la confrontación y no tiene miedo de un Carrizosa que va con todo y de un Garriga imprevisible. El de Ciudadanos quiere morir con las botas puestas, mientras que el de Vox parece fuera de lugar hasta que para los pies a Ana Pastor en uno de los mejores momentos de la noche.

Alejandro Fernández en un encuentro con El Periódico

Mientras, Alejandro va escogiendo a su víctima. Le llama mentiroso a Illa, deja a Carrizosa sin habla, le recuerda a Rull todos los impuestos aprobados por su partido y se pone a discutir con Albiach. Solo un pequeño pero para el de Tarragona: los que hemos visto ya tres debates, nos sabemos su relato de memoria. Danos algo nuevo esta noche, Alejandro.

El debate de La Sexta no dio para demasiado más. Josep Rull sigue a las suyas, defendiendo a Carles Puigdemont de un modo bastante digno y con esa pose de monaguillo que le hace parecer inofensivo. El problema es que en La Sexta todos hablaban, todos gritaban, todos se interrumpían. Fue más de lo mismo, pero peor, sin ninguna aportación interesante.

Eso sí, uno se pasa después por las redes sociales y parece la final de la Champions. En eso se han convertido las redes: una plataforma para que los hooligans nos digan que su líder ha ganado y es el mejor. Es espectacular, no hay término medio y todo vale. Servidor lamenta decirles que no tienen razón: en La Sexta no ganó ni el apuntador.

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